Los Pech y los Tawahkas, su ubicación y problema social
Esta
es una investigación basada en la historia de la vida de Los Pech y los
Tawahkas que son etnias fundamentales en la historia de nuestro país
Historia de los Pech
Su origen hace unos tres mil
años cuando llegaron a Honduras a donde hoy es el departamento de Colón, luego
se extendieron a otras partes del territorio.
Los Pech se opusieron a la conquista
de sus tierras, lucharon para evitar ser privados de su libertad. Los españoles
les llamaron despectivamente como payas, término que fue rechazado por los Pech
ya que hace alusión a bárbaro, salvaje o incivilizado.
Los españoles se aventuraron a entrar
en la Mosquitia en 1564, pero debido a su férrea oposición decidieron
que solo podrían conquistarlos utilizando la religión católica.
Lehmann Stone y Epstein piensan que
los Pech habitaban las Islas de la Bahíadurante el siglo XVII junto a
comerciantes mayas debido a que se encontraron artefactos similares a los que
se encontraron también en territorio Pech en tierra firme y que algunos grupos
Pech de tierra firme fueron a cristianizar a los Pech de las Islas de la Bahía.
En el siglo XVIII los piratas
ingleses, franceses y holandeses se aliaron con los misquitos, a quienes les
dieron armas de fuego para obligar a indígenas como los Pech a refugiarse en el
interior de Honduras. Los Pech eran capturados por los misquitos y vendidos
como esclavos a comerciantes ingleses, debido a esto su población disminuyó
considerablemente en poco tiempo.
Luego de ser expulsados de las costas
por los colonizadores españoles, los Pech se refugiaron en las zonas
montañosas, cuentan sus ancianos que por cuatro siglos se escondieron los Pech
de los colonizadores y los zambos para evitar ser vendidos como esclavos,
debido a esto se convirtieron en un pueblo nómadade esta forma
mantuvieron su cultura tradicional.
Actualmente participan en la política
por medio de la Federación de Tribus Pech de Honduras (FETRIPH), creada en 1985
para cuidar sus tierras y conservar su cultura.
La tormenta tropical Gamma afectó sus
tierras y cultivos se perdieron en el año 2005, debido a eso durante algún tiempo
subsistieron a base de plátano y yucadebido a que no cuentan con
un centro de almacenamiento de granos y han sido olvidados por el gobierno. La
cooperación española les ha construido unas 300 viviendas pequeñas de cemento y
ladrillo pero nadie les proporcionó catres ni camas para que durmieran
cómodamente.
Distribución
Su etnia está distribuida en nueve
Tribus (pueblos), distribuidos de la siguiente forma
Departamento de Olancho
·
Santa María del Carbón
·
Agua Zarca
·
Brisas de Pisijire
·
Culuco
·
Jocomico
·
Pueblo Nuevo
·
Pisijire
·
Subirana
·
Vallecito
En el Municipio de San Esteban
Santa
María del Carbón fundada por el sacerdote Manuel de Jesús Subirana.
Departamento de Colón
Silin,
en el Municipio de Trujillo.
Departamento de Gracias a Dios:
Las
Marías, en la Biosfera del Río Plátano.
Cultura
Los Pech conservan su idioma, su cultura
su religión y su sistema económico, es conocido sobre todo las personas de la
tercera edad. Respetan la naturaleza ya que dependen de su flora y fauna.
El
valor de la mujer
Las mujeres Pech participan
activamente en la vida laboral, económica y religiosa, son agricultoras,
pescadoras, jefes tribales, curanderas y chamanes. Su importancia en la
sociedad está equiparada con el de los hombres, fue muy significativa desde
antes de la colonia, pero luego de la conquista la influencia colonial motivó
su desvalorización social.
Medicina
Pech
Son conocedores de una botánica
naturista ancestral, los curanderos se encargan de conservar y divulgar la
medicina Pech basada en un conocimiento profundo de la naturaleza,
desarrollaron terapias para tratar la mordedura de la serpiente barba
amarilla y para muchas otras enfermedades, por lo que sus ancianos son muy
respetados y consultados.
Música
Sus ancianos conservan muchas
canciones con música y lengua Pech. Algunos de sus instrumentos
musicales autóctonos son la Tempuka, el Arwa y el Camachá.
Religión
Su pueblo es descendiente de los
nueve hermanos, los bisnietos del trueno, los héroes Pech lucharon en contra
del gigante Takaskró, que es el nombre en Pech del sisimite. En el español de
Honduras sisimite es un hombre alto y peludo que vive en las montañas. Tiene
una esposa que se llama YekaYeka, o sea Sipa (la chiquita) en español. El watá
venció al Wisinka, una serpiente grande que vivía en una laguna grande o
vertiente que molestó a chupar los niños Pech. Se han encontrado petroglifos
sobre el río plátano, por lo que Rafael Girard sugiere que esta área fue un
gran centro religioso. Esta zona de los Pech por el Río Plátano está asociada
con la Ciudad Blanca. Eran politeístas que creían en los espíritus de la
naturaleza como la Sirena (del río y del pescado), de la montaña, del cerro, y
de los árboles como el Ceibo y la caoba. Había muchas reglas en relación del
cuidado de la mujer con su menstruación o un bebé recién nacida, con la cacería, las plantas
medicinales, la corte de madera para las casas, y la pesca. el oro también
tiene dueño espiritual.
Lengua
La lengua paya es parte de la familia
chibcha De hecho es una lengua fuertemente divergente del resto de lenguas
chibcha, razón por la cual se tardó en reconocer como parte de esta familia,
pero los trabajos actuales han probado de forma concluyente el parentesco. Es
interesante notar, que esta divergencia ha podido deberse al aislamiento del resto
de lenguas chibchas, que se hablan desde el sur de Nicaragua hasta Colombia.
Entre el resto de lenguas chibchas y el paya se interponen las lenguas
misumalpas que se considera una familia de lenguas remotamente emparentadas
con las lenguas chibchas y las lenguas lenca
Alimentación
Desarrollaron la agricultura y
la ganadería, se alimentan de carne de animales domésticos, vegetales,
cultivan yuca, frijoles y maíz. Han desarrollado comidas a base de arroz,
frijoles, también bebidas alimenticias y embriagantes.
Relación con el medio ambiente
Las sociedades Pech tienen una
dependencia vital del bosque, debido a ello guardan un profundo respeto por la
flora y la fauna, han desarrollado normas para regular la correcta
utilización de los bosques y animales, manteniendo un equilibrio con el ecosistema.
La plantas del bosque tropical húmedo
son utilizadas para alimentación, como medicinas y para rituales religiosos.
Además cazan para sobrevivir, aunque han desarrollado la ganadería para no
tener que salir a cazar, domesticando venados, cerdos entre otros.
La comunidad de Santa María del
Carbón desarrolla un manejo del bosque comunitario, de forma que sus
comunidades conocen las maderas que pueden utilizar para obtener nuevas fuentes
de ingresos, siempre respetando la naturaleza y evitando la explotación del
bosque, dándole un aprovechamiento sostenible al bosque. Utilizan la madera
para construcción en sus poblados o para venderla, así obtener mayores
beneficios económicos y ahorro de dinero por parte de la comunidad.
Arquitectura
Sus viviendas tradicionalmente son chozas
de paja, más recientemente casas de madera, también han recibido donaciones de
más de 300 casas de piedra por parte de la cooperación española. Recientemente
ha progresado la letrinización y tienen acceso a agua potable.
su problema social
SANTA MARÍA DEL CARBÓN, OLANCHO,
HONDURAS
Están
escondidos entre valles y montañas. Por sus tierras pasean libremente el
abandono y la miseria.
La
precariedad los persigue. Los ha encontrado para quedarse con ellos para
siempre. La imagen del hambre está presente en el rostro de decenas de hombres,
mujeres, niños y ancianos.
La
escasez de alimentos parece ser más cruda entre las etnias del país. Basta con
volver la mirada a una de la más ancestral comunidad hondureña: los Pech.
En
la comunidad de Santa María del Carbón, ubicada en el municipio de San Esteban,
Olancho, la falta de granos básicos para la subsistencia de las familias
indígenas es un problema permanente.
EL
HERALDO se internó en esta comunidad y vivió junto a estos indígenas las
necesidades que padecen y las penurias que día a día deben enfrentar ante la
apatía y el olvido gubernamental.
Y
es que durante los últimos tres años, la necesidad de alimentos se ha agudizado
como consecuencia de las secuelas que dejó a su paso la tormenta tropical
Gamma, ocurrida en noviembre de 2005.
El
fenómeno natural arrasó con los cultivos y las tierras más fértiles con que
contaban los habitantes de la comunidad, después del embate de la naturaleza ya
nada serían igual. El hambre los ronda y amenaza con acabar con ellos.
Alimentación
Susana
Hernández, de 60 años, describe a la perfección las necesidades de las familias
de la tribu, pues aseguró que durante los últimos meses en las casas solo se
cocinan plátanos verdes y, en el mejor de los casos, yuca.
“En
los días buenos se come arroz y mantequilla, pero solo es cuando los hijos
encuentran trabajo en las haciendas de acá cerca, que son de ladinos”, explica
la anciana.
Los
plátanos que cocina en su gastado fogón irán acompañados con un puño de sal
para ser devorados por los ocho miembros de la familia. La jarra de café no
podrá faltar.
El
plato se repetirá de manera salteada en el hogar de la indígena, hasta que
llegue la producción de maíz y frijoles que dejará el invierno, cosecha que
tienen sembradas las esperanzas de que este año sea mejor.
“En
aquel entonces el huracán nos llevó todo lo bueno de las tierras, se llevó la
cosecha que teníamos ese año”, recordó la anciana, al tiempo que lamentó que
desde esa ocasión la crisis alimentaria se agudizó.
Hacinamiento
La etnia Pech ocupa el séptimo lugar -en cuanto a número de habitantes- entre los grupos indígenas hondureños. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el más reciente censo poblacional eran alrededor de 3,800 los que se registraban a nivel nacional, siendo el 86 por ciento el que se radicaba en el departamento de Olancho.
La etnia Pech ocupa el séptimo lugar -en cuanto a número de habitantes- entre los grupos indígenas hondureños. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el más reciente censo poblacional eran alrededor de 3,800 los que se registraban a nivel nacional, siendo el 86 por ciento el que se radicaba en el departamento de Olancho.
Solo
en la comunidad de Santa María del Carbón se estima que hay un número de 2,800
personas, distribuidas en unas 300 viviendas, las que están divididas en 12
barrios.
Las
familias pecho, por ser numerosas, viven en hacinamiento, tal y como ocurre en
el hogar de Hernández, donde no se ven sillas o una mesa para que la familia
pueda sentarse a comer.
Los
niños y adultos, a la hora de descansar, duermen sobre el frío suelo de
cemento, pues producto de la cooperación internacional las familias de la aldea
abandonaron sus antiguas viviendas de bahareque, piso de tierra y techo de paja
y se trasladaron a habitaciones de bloque y techo de cinc, mismas que fueron
construidas gracias a apoyo externo.
Sin
embargo, las viviendas son de espacios reducidos: 25 metros cuadrados es el
área que abarca la casa de Susana, la misma medida que poseen las 226 casas que
se logró edificar con el apoyo de una institución española.
El
espacio donde están la cocina, el dormitorio y la sala, donde reside un
promedio de seis personas como mínimo, deja al descubierto las pocas
pertenencias de la familia.
El
fogón es la pieza que abarca el espacio más grande de la casa y está cerca de
la mesa donde se guardan viejos sartenes. La hamaca donde duerme Ever
Hernández, de siete meses, el más pequeño del hogar, está a pocos centímetros
del fogón y el área restante sirve de dormitorio.
Necesidad de empleo
Severiano Ernesto Mendoza, vicepresidente de la tribu pecho, va más allá de describir las necesidades de alimentos, pues para él lo más preocupante es la falta de empleo en los alrededores.
“Aquí
necesitamos empleo para lograr salir de la pobreza en que vivimos, nosotros
somos hombres y mujeres que nos gusta trabajar y por ello le solicitamos a las
autoridades del gobierno que nos apoyen a formar microempresas”, manifestó
Mendoza.
En
la comunidad las únicas fuentes de empleo son las haciendas cercanas, donde se
emplea a unos cuantos indígenas para el cuidado del ganado y siembra de algunas
parcelas.
De ahí que las estadísticas oficiales
revelen que cerca del 65 por ciento de la población Pech se dedica a labores
como la agricultura y la ganadería. El ingreso mensual de una familia es de un
máximo de mil lempiras, si logra vender alguna cosecha de plátano o cacao.
El refugio de los Pech
El
territorio en que habitan los Pech es desigual y con una basta variedad de
plantas.
Es
cruzado por varias serranías que forman parte de la sierra de Agalta, con
orientación de suroeste a noreste, entre el departamento de Olancho y Colón.
La
aldea de Santa María del Carbón fue fundada en 1864 por iniciativa del
sacerdote misionero don Manuel de Jesús Subirana. El clima de la comunidad es
inestable, la temperatura anual es de 26 grados, bajando por las noches hasta
18 grados.
En
los meses de diciembre, enero y febrero, la temperatura puede alcanzar los 15
grados y los 36 grados en marzo y abril. La economía Pech es del tipo de
economía productora de valores de uso, es decir, dirigida al auto subsistencia
local.
Los
indígenas Pech también han sido llamados payas, poyers y pahayas,
denominaciones que son rechazadas por los miembros de esta etnia por hacer
alusión a bárbaro, salvaje, incivilizado (así eran nombrados por los
conquistadores españoles).
La
palabra Pech significa “gente”, término que es usado para referirse solamente a
ellos; para el resto de la población utilizan los términos “Pech akpua” (la
otra gente) o“bulá”, que quiere decir ladino.
las drogas y el alcohol acechan a los pech
SANTA MARÍA DEL CARBÓN, OLANCHO,
HONDURAS
La
tranquilidad que hasta hace unos años reinaba en el interior de la comunidad
Pech, Santa María del Carbón, es tan solo un recuerdo. El tráfico y consumo de
drogas en la zona es cada vez más común.
La
venta clandestina que al llegar la noche provoca la euforia de los
consumidores, quienes hacen disparos al aire, obliga a los indígenas a permanecer
encerrados en sus viviendas desde las primeras horas de la noche.
"Esto
se ha vuelto una preocupación para nosotros ya que no queremos que nuestra
juventud esté involucrada en delitos de narcotráfico, pues siempre hemos vivido
pobres pero en paz", dijo Severiano Ernesto Mendoza, vicepresidente de la
tribu Pech.
Muertes
La
circulación de droga en la comunidad
ha permitido que varios jóvenes sean consumidores asiduos, situación que ha
dejado como resultado la muerte de dos indígenas. El problema es difícil de
atacar por sí solo, por lo que solicitan de la presencia de la Policía
Preventiva de forma permanente. "Nosotros le suplicamos al presidente de
la República que nos construya una posta policial, pues por nuestra propia
cuenta es difícil", expresó Mendoza.
Y
es que en la actualidad la aldea es custodiada por elementos del ejército, para
quienes su misión más importante es la protección del bosque, con el fin de
frenar la tala indiscriminada que se ha producido en los alrededores de la
comunidad Pech.
Alcohol
La
proliferación de cantinas es otra de las preocupaciones de los indígenas, ya
que pese a que existe una prohibición de venta de bebidas alcohólicas que
abarca a todo el municipio, la medida no es acatada en la comunidad.
Son
11 cantinas las que funcionan en la aldea Pech, es decir que hay una cantina
por cada barrio, pues son 12 barrios los que existen en la comunidad, con un
total de 300 casas.
Los
expendios han sido denunciados ante las autoridades, pero al parecer cuentan
con la protección de políticos que impiden el cierre de los bares. Los lugares
en su mayoría son de propietarios ladinos.
Según
los líderes de la comunidad, lo más preocupante es que en las cantinas se les
vende bebidas hasta a los menores de edad. En los lugares se consume desde
chicha -bebida preparada con yuca o maíz fermentado- hasta productos envasados
que son llevados de municipios cercanos. "Nosotros queremos que a través
de EL HERALDO se den a conocer estos problemas, para que se divulguen a nivel
nacional y tal vez de esta manera sean escuchadas nuestras voces",
concluyó el representante de la tribu.
Acciones
Pablo
Córdova, presidente del consejo de protección de la niñez, manifestó que a
través de los líderes de cada barrio de la aldea Pech se han realizado actividades
de prevención con los jóvenes.
Las
acciones van encaminadas a concienciar a los niños y jóvenes sobre las
consecuencias de ingerir bebidas, así como drogas.
La
lengua de los Pech no desaparecerá…
JUTICALPA
Honduras
Niños
de 14 comunidades indígenas Pech, del departamento de Olancho, están siendo
protagonistas del rescate y valorización de su lengua materna, el Pech. Este
logro es obtenido con la implementación del programa educativo Educación
Intercultural Bilingüe, en el que los escolares aprenden a leer y escribir en
español y Pech.
Los
pilares de esta educación bilingüe son 17 maestros originarios de las tribus
Pech, que tras graduarse como maestros el pasado año 2008 en la Escuela Normal
Mixta de Olancho (ENMO) ahora imparten clases a niños de su misma etnia.
El
director departamental de Educación en Olancho, José Ramón Caballero, explicó
que debido a del éxito del proyecto se analiza implementarlo como programa
piloto en otros sectores del país con el apoyo de las autoridades de Educación
y del gobierno central. "Logramos que los textos de las asignaturas de
Español y Matemáticas vengan escritos en Pech, esto con el objetivo fundamental
de rescatar esa lengua indígena, porque muchos nativos de la etnia ya no la
hablan", dijo Caballero.
"Entonces,
queremos que los niños sigan cultivando su lengua materna, para eso ha sido
necesario sustituir a los maestros ladinos por los de la propia tribu Pech,
esto es muy valioso", afirmó el director departamental de Olancho.
"Fíjese
que los jóvenes Pech estudian con fondos propios y con ayuda del Programa
Nacional de Educación Autóctona (Pronea) que impulsa la Secretaría de
Educación. La estructura la conforman un representante de cada etnia del
país", apuntó el funcionario.
Además,
se ha capacitado a los maestros en el uso de los textos Pech, esto con el
propósito de conservar la etnia Pech que ha dado una historia muy valiosa,
agregó.
Tenemos
dos centros básicos en las comunidades de Santa María del Carbón, San Esteban,
Nueva Subirana y Dulce Nombre de Culmí, donde se imparten clases hasta el
noveno grado, recalcó caballero.
"Esta
labor no sería posible sin el trabajo mancomunado que las autoridades
educativas realizan con los 14 caciques de las tribus, quienes vinieron con el
presidente de la Federación de Tribus Indígenas Pech de Honduras (Fetriph), y
les otorgaron las plazas para los docentes, se abrieron los centros básicos y
se ampliaron las plazas para docentes en las escuelas con el propósito de
preservar esa lengua", sostuvo caballero.
Leishmaniosis
y dengue, la amenaza latente de los Pech
SANTA MARÍA DE CARBÓN, OLANCHO,
HONDURAS
La
picadura de la chinche picuda, que por años amenazó la salud de los indígenas
Pech es parte del pasado.
La
nueva amenaza es la Leishmaniosis, enfermedad infecciosa provocada por un
parásito denominado leishmania. Su fuente de infección son los animales como
perros y diversos mamíferos salvajes.
Su
forma de contagio es a través de la picadura de una mosca que haya picado a un
mamífero infectado.
El
padecimiento que se ha logrado detectar en 10 personas de la comunidad este
año, la misma que se le ha diagnosticado a 20 pacientes, el año anterior.
Otra
de las principales amenazas sanitarias es la presencia del zancudo Aedes
aegypti, mosquito transmisor del dengue, debido a que en el 2007 se desató una
epidemia en la comunidad, en donde la mayoría de las familias presentó dengue
clásico.
Preocupación
Severiano
Ernesto Mendoza, vicepresidente de la tribu Pech, explicó que en la actualidad
lo que necesitan es la colaboración de las autoridades para realizar drenajes
de la quebrada El Carbón, debido a que producto del estancamiento del agua se
proliferan las moscas y zancudos en la zona.
Otra
de las obras que solicitan es el embaulamiento del cauce de la quebrada, ya que
circula por el centro de la mayoría de los barrios de la comunidad indígena.
En
la actualidad, la mayoría de los pobladores acude a consultas médicas al único
centro de salud con que se cuenta en la comunidad.
El centro asistencial padece las mismas precariedades que enfrentan la mayoría de las unidades básicas que se ubican en el interior del país.
El centro asistencial padece las mismas precariedades que enfrentan la mayoría de las unidades básicas que se ubican en el interior del país.
La
falta de medicamentos y de personal son las constantes, así mismo, la falta de
equipo médico asistencial que permita mejorar la calidad de los servicios.
Remedios
Ante
la problemática para acceder a los servicios de salud, los indígenas Pech han
tenido que recurrir a remedios caseros para aliviar sus males.
Uno
de los ritos que aún está presente es la ceremonia en honor a un paciente que
ha sufrido una mordedura de serpiente.
En
ese momento los vecinos se reúnen y preparan un platillo especial para
acompañar al afectado. Asimismo se prepara una planta a la que solo la tribu
conoce, con la cual se evita que el enfermo fallezca.
El
alimento que todos comerán es preparado por las mujeres. “Se trata de carne
asada, a la que se le agrega culantro y mucho chile picante”, explicó
Bernardina Martínez, una de las vecinas. Las personas que acompañan al paciente
no tienen la autorización de salir al campo ese día, pues de lo contrario el
paciente sufrirá otra mordida de serpiente.
“El
cacique prohíbe la salida, pues de esta forma la víctima nunca más volverá a
sufrir una mordedura”, dijo Martínez. Hasta la fecha, la Secretaría de Salud no
ha comunicado alguna acción concreta que se pretenda realizar en favor de la
comunidad Pech que lo único que claman es no caer en el olvido.
LOS
TAWAHKAS O SUMOS
Los
Tawahkas son un grupo indígena que
cultural y lingüísticamente pertenecen al grupo étnico de los Misumalpas
(Misquito, Sumo, Matagalpa) de origen Macro Chibcha que llegaron a estas
tierras procedentes de América del Sur
Los Tawahkas fueron uno de los grupos
indígenas más grandes que habitaron Centroamérica durante el periodo Colonial,
no obstante en la actualidad constituyen un pequeño grupo formado por
aproximadamente 1,500 personas.
El
pueblo Tawahka de Honduras es uno de los grupos indígenas más grandes
que habitaban Centroamérica durante el periodo Colonial. Su numerosa población
se extendía desde el Rio Patuca en Honduras a lo largo de la Sierra Central de
Nicaragua hasta el Rio Rama.
Durante
la Conquista, los Tawahkas fueron llamados Taguacas por los españoles, quienes
les temían y los consideraban personas indomables y agresivas que los atacaban
a ellos, a los Lencas y a los Misioneros.
También son llamados popularmente
Sumos, sin embargo este término es rechazado por los Tawahkas, ya que la
palabra Sumo en lengua Misquita hace referencia a una situación de
inferioridad.
A pesar de ser descritos como seres
agresivos por los Españoles, los Tawahkas son personas sumisas que durante años
han soportado la injerencia e influencia de los Misquitos, llegando al extremo
de tener que adaptarse a gran parte de las costumbres Misquitas, pero se han
mantenido en la lucha por mantener viva su propia cultura.
El principal medio de subsistencia
del pueblo Tawahka es la agricultura, también se dedican a la pesca, la caza,
la elaboración de artesanías, la cría de ganado y a la construcción y venta de
pipantes (especie de canoa) para navegar.
Ubicación Geográfica del Pueblo
Tawahka
Antiguamente,
el pueblo Tawahka de Honduras estaba organizado en 10 tribus llamadas Bawinka,
Boah, Ki, Kukra, Panamako, Prinzu, Islam, Tawahka, Ulwa y Yusku, ubicadas en
las cercanías del Rio Patuca y Wampú en el departamento de Gracias a Dios
hasta el Rio Punta Gorda en Nicaragua.
Actualmente, el pueblo Tawahka habita
en la región denominada como El Patuca Medio, una extensa región de 233,00
hectáreas de bosque tropical lluvioso, declarada área protegida con el nombre
de Reserva de la Biósfera Tawahka Asangni (RBTA) el 20 de Octubre de 1999 bajo
decreto No. 157-99 del Congreso Nacional de Honduras.
La
Biosfera Tawahka Asangni está ubicada entre los Departamentos de Olancho
Colón y Gracias a Dios y está dividida en 7 comunidades:
·
Parawasito
·
Kosmako
·
Yapuwas
·
Parawas
·
Kamakasna
·
Krautara
·
Krausirpi
Comunidades Tawahkas
Las comunidades Tawahkas son pequeñas
y carecen de los servicios básicos. Las actividades de sus habitantes están
centradas en la familia y todos los miembros participan activamente en la
producción económica familiar.
De las 7 comunidades Tawahkas, las
más grandes son Krautara y Krausirpi. Sin embargo, Krausirpi es la principal
aldea Tawahka y posee la mayor cantidad de habitantes.
La comunidad de Krausirpi, está
ubicada en la margen derecha del Rio Patuca, en la desembocadura del Rio Wampú,
fue fundada en 1938 por el último Cacique Tawahka llamado Claudio Cardona.
En
el año 1948, la comunidad Tawahka más habitada era Yapuwas, sin embargo ésta
fue desolada por una peste que la azotó. La peste y la presión a la fueron
sometidos los Tawahkas por las autoridades del departamento de Olancho
para que abandonaran el pueblo fueron las causas principales de la drástica
reducción de la población Tawahka de Honduras.
Krausirpi, es una comunidad Tawahka
que comenzó su crecimiento poblacional con la llegada de 3 familias procedentes
de Yapuwas, de donde salieron huyendo por la peste, la que se dice era tan
mortal que a diario mataba entre 3 y 4 personas y solo se salvaban de morir
aquellos que abandonaran el lugar.
La dominación Española y la
agresividad de Los Misquitos obligaron a los Tawahkas a abandonar sus
comunidades y establecerse en la región central del Departamento de Gracias a
Dios.
Idioma Tawahka de Honduras
El Tawahka, llamada por ellos
“Twanka” es la lengua materna de grupo indígena Tawahka. La lengua Tawahka
posee una estructura morfológica y sintáctica muy similar a la lengua Misquita,
pero con menos léxico en común. Ambas lenguas pertenecen al grupo lingüístico
Macro Chibcha de la región Sudamericana.
Debido
a la gran similaridad de estos dos idiomas indígenas, Los indígenas
Tawahkas han adoptado también el idioma Misquito, esto los convierte en el
único pueblo indígena trilingüe de Honduras ya que hablan el Tawahka, el
Misquito y el español.
Ejemplo de palabras o conceptos
hídricos en Idioma Tawahka
·
Alwana = trueno
·
Dingwi = empapar, se hunde
·
Ma sait yak = lado del sol
·
Lakun = Laguna
Organización Social y Religión del
Pueblo Tawahka de Honduras
El pueblo Tawahka es dirigido por un
Consejero de Ancianos, personaje que es muy respetada por todos por ser su
máxima autoridad. Legalmente son representados por La Federación Indígena
Tawahka de Honduras (FITH) fundada en Septiembre de 1987 y por La Unidad
Técnica Asang Launa, fundada en 1994.
El pueblo Tawahka profesa
principalmente la Religión Católica, pero con un alto grado de sincretismo con
su religión nativa.
Su sistema de culto está basado en
las creencias chamanísticas, depositan su fe en los “Sukias” que son hombres o
mujeres elegidos por los espíritus para ser los mensajeros del bien y del mal.
Para llegar a ser un Sukia la persona
debe superar duras pruebas o sufrimientos, como ser graves enfermedades o
soportar la descarga eléctrica de un rayo. Los sobrevivientes son considerados
poderosos y aptos para ser un Sukia.
Pueblo Tawahka de Honduras en la
Actualidad
Los
Tawahkas, actualmente habitan en las riberas del Rio Patuca, en La Mosquitia
Hondureñacomo se le conoce al Departamento de Gracias a Dios, parte de Olancho
y la Costa Atlántica de la hermana República de Nicaragua.
El Rio Patuca es su única vía de
comunicación y fuente de abastecimiento para desarrollar sus actividades
domésticas, agrícolas y pesca.
A
la Región habitada por Los Tawahkas se le conoce como Patuca Medio, en la
Biosfera Tawahka Asangni, que está situada entre los departamentos de Gracias a
Dios, Colón y Olancho y forma parte de la sección hondureña del Corredor
Biológico y Cultural Mesoamericano, la segunda reserva de bosque más grande del
continente.
La Biosfera Tawahka Asangni es
una zona de 233,000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, declarada zona
protegida el 21 de Diciembre de 1999, por el Congreso Nacional de Honduras,
bajo decreto No. 157-99.
La Biosfera Tawahka Asangni, a pesar
de colindar con la Reserva de La Biósfera del Rio Plátano no posee el apoyo
legal de la misma, sin embargo desde 1990 se están llevando a cabo estudios
para proponerla como nueva Reserva Forestal protegida.
Los Tawahkas o sumos, como también se
les denomina son uno de los pueblos indígenas que habitan en las riberas del
río Patuca, en el departamento de Gracias a Dios y parte del departamento de
Olancho en Honduras y en la Costa Atlántica de Nicaragua. La región que
comprende el departamento de Gracias a Dios se conoce como La Mosquitia. Aquí
nos referimos a los Tawahkas ubicados en Honduras. Tierra adentro de las Costa
de la Mosquitia viven los Tawahkas. La mayoría de ellos reside en la aldea de
Krausipe, ubicada en la margen derecha del Patuca (viniendo río arriba desde
wampusirpe) y en la desembocadura del río wampu. La única vía de comunicación
de esta comunidad es el río Patuca. Los Tawahkas habitan esta región desde el
siglo XVII. Aproximadamente.
“los Sumos eran uno de los grupos indígenas
más extensos de Centroamérica durante el periodo colonial. Se extendían hacia
el sur desde el río Patuca en Honduras, a través de la Sierra Central de
Nicaragua, hasta el río Rama. Hacia el oeste se extendía dentro del sur de
Honduras y en Nicaragua colindaban con los Matagalpa y con el lagua de
Nicaragua”. Durante la época colonial, se vieron obligados a replegarse hacia
el interior del país, ante la belicosidad e intransigencia de los misquitos o
zambos; así fue como se establecieron en la región actual.
Los Tawahkas de Honduras constituyen
un grupo pequeño. Histórico y culturalmente son una etnia que han soportado la
influencia misquita, si bien han adoptado muchos de sus patrones culturales aún
conservan elementos de su propia cultura que los hace distinguirse como pueblo
indígena.
Se ubica geográficamente en la región
conocida como el Patuca Medio, en la Biosfera Tawahka Asangni, que comprende
233.000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, que fue declarada oficialmente
como zona protegida por el Congreso Nacional en diciembre de 1999, formando
parte de la sección hondureña del Corredor Biológico y Cultural Mesoamericano,
la segunda reserva de bosque más grande del continente, ubicada entre los
departamentos de Olancho, Colón y Gracias a Dios, cuya población aproximada es
de 1,500 miembros, se distribuye en siete comunidades: Parawasito, Kosmako,
Yapuwas, Parawas, Kamakasana, Krautara y Krausirpe.
El Pueblo Tawahka, cultural y
lingüísticamente, es un subgrupo perteneciente a los MISUMALPAS (Miskitu, Sumo,
Matagalpa) de origen Macro chibcha, quienes en el pasado provinieron del sur
del continente.
Actualmente se puede considerar que
los Tawahka son el pueblo que por su ubicación se encuentran más alejados y de
más difícil acceso desde la capital de la República, pues, su hábitat funcional
se ve rodeado de bosque tropical lluvioso, lo que imposibilita contar con una
infraestructura carretera que lo comunique fácilmente con el resto del país.
Biosfera Tawahka Asangni (BTA)
Localizada en el corazón del Corredor
Biológico Mesoamericano, entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios,
con decreto de creación No 157-99, con una extensión de 233,142 hectáreas, en
donde se localizan las comunidades Tawahkas y varias localidades no indígenas
que están caracterizadas como asentamientos de colonizadores agrícolas, que
tienen hasta la fecha una área depredada que se estima en 36,174 hectáreas que
representa el 15% de la Biosfera, destinada en 67% aproximadamente en pastos
para ganado mayor y para cultivo de granos básicos.
Específicamente la BTA está ubicada
entre los municipios de Dulce Nombre de Culmi, Dpto. de Olancho y Wampusirpi,
en el Dpto. de Gracias A Dios, por lo que en sus colindancias se registran
comunidades Misquitas y Mestizas, estas últimas conformadas recientemente por
corrientes migratorias que están entrando a la zona en busca de tierras
“libres” o de bajo costo para el desarrollo de actividades agrícolas y
ganaderas, en la mayoría de los casos estas familias las encabezan personas que
están huyendo de la justicia hondureña por delitos cometidos, por lo que la
biosfera les sirve de escondite representando para las comunidades Tawahkas y
misquitas un peligro inminente a su seguridad física.
Se puede acceder a su territorio
únicamente por dos vías:
a.- Fluvial. Por el sur, desde
el sitio de Puncaya, Nueva Palestina, municipio de Froilán Turcios,
departamento de Olancho y por el norte desde la desembocadura del Río Patuca,
en el departamento de Gracias a Dios, para lo cual se deben ocupar de tres a
cuatro días de trayecto en embarcación con motor fuera de borda.
b.- Aérea. Desde Wampusirpe,
Gracias a Dios, hasta donde se puede llegar desde las comunidades Tawahka por
vía fluvial tras cuatro a seis horas río abajo aproximadamente en embarcación
con motor fuera de borda.
Es el único de los 9 Pueblos
Indígenas y Negros que tiene la característica de ser prácticamente trilingüe,
pues sus miembros hablan Tawahka, Miskitu y español, (algunos ancianos hablan
además el Pech)
Su universo cultural se fundamenta en
la solidaridad entre sus miembros, estrecha relación y equilibrio con la
naturaleza; por lo cual se les considera como uno de los Pueblos Indígenas de
América capaz de conocer el uso del 75% de las plantas de su entorno natural.
Su territorio los últimos años ha
sido amenazado por el segmento poblacional no indígena (colonos) quienes están
ingresando a su territorio generalmente por la zona de Olancho y la frontera de
Nicaragua, ejerciendo prácticas de agricultura migratoria y ganadería
extensiva; causando severos daños al medio ambiente de la zona, a este proceso
se le conoce como fronteras de colonización.
Una de sus actividades productivas
principales son: la agricultura de subsistencia, basada en el cultivo de yuca y
otros tubérculos, plátanos (10 especies), maíz, fríjol, arroz y cacao; pesca,
caza, elaboración de productos artesanales, construcción de cayucos, cría de
ganado (vacuno y porcino) en menor escala.
Aunque no existen hasta la fecha
recientes estudios económicos, se estima que una familia tawahka promedio no
alcanza a percibir el 30% del salario mínimo nacional.
Sus comunidades carecen de los
servicios básicos y cuentan tan sólo con un Centro de Salud en el que, sin
embargo, faltan los más elementales recursos y que es atendido intermitentemente
por una enfermera y por médicos de las brigadas voluntarias cubanas, los
padecimiento más comunes y mayores causantes de enfermedades y mortalidad son
la malaria, las diarreas y las infecciones respiratorias y de la piel.
El aislamiento en que se encuentran
de alguna forma ha favorecido la preservación de su cultura, sus saberes,
tradiciones, cosmovisión y lengua; vale señalar que con la cooperación
española, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia y la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras, se realizó un esfuerzo orientado a formar a más
de una docena de jóvenes hombres y mujeres tawahka que garantizaran la
preservación de este patrimonio cultural intangible y lingüístico a través del
Proyecto de Educación Bilingüe e Intercultural Tawahka–PEBIT-, no obstante aún
no se cumple el Convenio celebrado entre estos y la Secretaría de Educación,
relacionado con la ampliación de plazas de maestros para cubrir la necesidad de
las escuelas de las comunidades, lo que posibilitaría el mejoramiento académico
de niños y jóvenes.
Organizativamente, en lo social, los
Tawahka son dirigidos por un Consejo de Ancianos, considerados autoridad
máxima, y por la Federación Indígena Tawahka de Honduras–FITH- quien tiene la
representación política. Cuentan además, con una Unidad técnica denominada
ASANG LAUNA, quienes se encargan de gestionar y encausar el futuro de este
Pueblo Indígena milenario, para mejorar las condiciones de pobreza extrema, y
que se enfrenta al reto de mejorar sus condiciones de vida, de aprovechar y
manejar adecuadamente las riquezas que les ofrece su entorno ecológico y de
conservarse como pueblo lingüística y culturalmente diferenciado. Aunque
reducidos a pequeños poblados, conservan su lengua, su cultura, y una posición
estratégica en uno de los bosques tropicales más importantes de Centroamérica,
del que han sido sus habitantes originarios.
Krausirpe y Krautara son las aldeas
Tawahkas más grandes localizadas sobre los márgenes del rio Patuca. Aunque los
Tawahkas habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal
aldea Tawahka, fue fundada en 1938 por el ultimo cacique Tawahka (Claudio
Cardona) hasta 1948, el principal asentamiento Tawahka era Yapuwas, caserío que
abandonaron debido a una peste que azoto y diezmo la población sumando las
presiones ejercidas por las autoridades del departamento de Olancho. Se cree
que el éxodo de los Tawahkas radicados actualmente en Krausirpi lo iniciaron en
forma paulatina, tres familias.
La peste que azoto yapuwas, según los
relatos Tawahkas era un extraño mal que mataba de tres a cuatro nativos
diariamente, salvándose aquellas personas que abandonaron el lugar.
Los Tawahkas tienen una
particularidad que consiste en ayudarse mutuamente tanto en la siembra como en
la cosecha, también en la construcción de sus viviendas donde utilizan la
madera rustica, el bambú hendido en las paredes y el piso y en el techo riegan
hojas sueltas, las casas se levantan sobre polines de dos a tres pies de alto,
generalmente la vivienda no tiene división interna.
En algunos casos, sobre todo durante
la época seca, se construyen pequeñas cocinas o se improvisan fogones en el
patio. En muchos casos, las construcciones son de madera rolliza amarrada con
bejucos.
La distribución de las casas se hace
sin seguir los requerimientos aconsejables, por lo que los poblados se
presentan desordenados.
Cada quien construye su casa en el
lugar que le parece. La iglesia y la escuela sobresalen por ubicarse en lugares
estratégicos de las aldeas. Su vida cotidiana está vinculada con la tierra y su
principal actividad económica está en la agricultura, siembra ayote, caña de
azúcar, frijoles y maíz. Otra actividad que practican los Tawahkas es el
trueque por productos como madera, cacao, animales, (pueden ser cerdos,
gallinas entre otros). Esta etnia también ha cambiado drásticamente sus
costumbres al emigrar de las montañas a la ciudad y van perdiendo sus
tradiciones
Vocabulario
Grupo humano: Tawahkas o Sumos
Región: wampusipe, Krausipe,
Krautara, Yapuhuas.
Rio Patuca, Mosquitia Honduras,
Gracias a Dios.
SUMO
|
ESPAÑOL
|
Múij
|
Gente
|
Hualabis
|
Muchacho
|
Huirrá
|
Hermano
|
Paraste
|
Adios
|
Ca
|
Caminar
|
Dacanin
|
Oír
|
Sap
|
Frente
|
Bile
|
Faja
|
Tab
|
Oreja
|
Sup
|
Jabón
|
Bascús
|
Peine
|
Bisin
|
Tasa
|
Sácara
|
Gallina
|
Pusi
|
Gato
|
Alcum
|
Pato
|
Maoaj
|
Tigre
|
Ulu
|
Oropéndola
|
Suul
|
Perro
|
Bil
|
Víbora
|
Turuj
|
Vaca
|
Úu
|
Casa
|
Pann
|
Árbol
|
Ahuas
|
Ocote
|
Huann
|
Ceniza
|
Qui
|
Hacha
|
Am
|
Maíz
|
A’rracbis
|
Escopeta
|
Duttnin
|
Tener
|
Suttnin
|
Saltar
|
Salud
La situación de la salud es crítica. Esto puede ser otra de las causas por las cuales este grupo cada vez es más reducido. Las difíciles condiciones de vida que caracterizan la región hacen casi imposible que médicos y personal especializado se establezcan en la zona. Entre las enfermedades que más afectan a las comunidades se encuentran diarreas, malaria, gripe rasquiña, angina, estreptocócica, fiebres reumáticas, anemia y desnutrición.
En tiempos de la guerra
contra-sandinista (la mayor parte de la década de los años 80) en Wampusirpe se
instaló un campamento de asistencia medica de la Cruz Roja para los refugiados,
ubicados en asentamientos a lo largo del rio Patuca. Además, recibían atención
médica de brigadas de la Iglesia Morava, que tenía la sede en Pimienta.
Con la finalización de la guerra y el
retorno de los refugiados a Nicaragua, estas atenciones terminaron al retirarse
los organismos internacionales.
Los tratamientos médicos los hace la
misma gente en base a medicina tradicional. Los casos graves son atendidos por
curanderos, quienes conocen bien la medicina natural. Además, muchos pobladores
recurren a los llamados zukias (brujos y brujas), quienes recetan brebajes
extraídos de hierbas o raíces; solo cuando los casos se complican es que la
gente transporta los enfermos a Wampusirpe en busca de los servicios médicos de
la enfermera local, quien se queja de que la gente acude cuando las dolencias
se encuentran en estado avanzado.
En las comunidades tawahkas, ningún
organismo trabaja en el sector salud. Tampoco existen centros médicos que
atiendan las necesidades de las comunidades. En Wanpusirpe solo existe el local
que dejo la Cruz Roja, sin médico y sin los implementos y medicamentos
necesarios.
Los datos que recabamos en este
estudio nos dan indicios alarmantes, ya que el promedio de vida está entre 38
años para los hombres y 43 para las mujeres. Dé cada 5 niños que nacen, tres
mueren antes de cumplir los siete años y la mayoría muere de enfermedades
fáciles de prevenir, si se observan las normas mínimas de higiene. La desnutrición
es alta, llegando al alarmante porcentaje del 92%. Se atribuye, principalmente,
a la mala alimentación y a las duras condiciones de vida en la región. Además
de lo anterior, son muchas las mujeres que mueren de parto
Cultura y Tradición
Los Tawahkas muestran un alto grado
de penetración cultural misquita. Durante el siglo XIX estuvieron a punto de
extinguirse debido al reducido número de mujeres Tawahkas por razones aún no
determinadas y a que sus varones no deseaban unirse con las mujeres misquitas.
Ocurre lo contrario con los misquitos quienes sin problema alguno deciden
juntarse con las Tawahkas.
Una muestra de influencia misquita es
una de las bebidas más tomadas por los Tawahkas; el guabul, bebida elaborada de
puré de plátano maduro disuelto en agua o leche y puesto a hervir. Además de
estas elaboran vinos de varias especies de palmas y de caña de azúcar; del
arroz y del maíz preparan bebidas embriagantes como la chicha. De la palma
llamada supa consumen el fruto cocido y el tronco les sirve para construir
arcos y flechas (igual que los misquitos). Consumen contrario a los misquitos,
en menor medida ajo, cebolla, café, y té de varias hiervas.
El ganado mayor se vende localmente,
se destaza o se lleva a vender a Wampusirpe (comunidad mayoritariamente misquita);
durante el verano, cuando baja el nivel del rio, las reses son conducidas por
las riberas de la Patuca. El viaje a pie puede durar de tres a cuatro días. La
posesión de ganado es un indicador de riqueza; otra forma de riqueza es la
posesión de cerdos, pero poca gente se dedica a criarlos.
La indumentaria es típica campesina,
tanto en los hombres como en las mujeres. En épocas recientes, las mujeres
tawahkas usaban refajo, un lienzo listado y de vivos colores, lo
suficientemente ancho como para dar varias vueltas a la cintura y, tan largo,
que llegaba a la cintura; también usaban un forro de manta. El busto lo llevaba
al descubierto pero, a veces, usaban una camisa manga corta y escotada.
En la actualidad, los niños andan
desnudos. El taparrabo estaba hecho de tuno y los usaban indistintamente los
varones y las niñas, además de algunos ancianos.
Entre los tawahkas existía una
especie de rito en el que, para determinados acontecimientos, se pintaban la
cara de acuerdo con las circunstancias: viajar, sembrar, etc. Además, se
pintaban las piernas y brazos con una sustancia resinosa que los protegía de
los insectos.
Esta práctica se usó hasta principios
de los años setenta. Después prefirieron usar de los productos que se obtienen
en las farmacias.
Educación
El 96% de los pobladores son
analfabetos y unos 387 niños se encuentran en edad escolar. El analfabetismo
entre las mujeres es mayor y alcanza un 100%. Aunque existen dos escuelas, una
en Krausirpe y la otra en Krautara, solo la escuela de Krausirpe funciona con
regularidad. El promedio de días lectivos en el año es de aproximadamente 103.
La escuela se encuentra cerrada la mayor parte del año. Muchos de los niños en
edad escolar no asisten a la escuela por las largas distancias que separan las
comunidades, las cuales solo pueden recorrerse por medio de pipantes.
En Krautara, la comunidad dispone de
un maestro nombrado quien, después de cinco meses de haber comenzado el año
lectivo (1991), aún no se había presentado a la comunidad. Otro aspecto importante
es que la escuela de Krausirpe, aunque cuenta con un edificio en regulares
condiciones, un solo maestro atiende tres grados y solo un 3% de los niños
puede continuar sus estudios hasta sexto grado o educación básica en Wampusirpe
(comunidad misquita). La mayoría de los niños, después de haber terminado su
tercer año de primaria, aún no saben leer ni escribir y, los que logran
aprender, después de algunos años son nuevamente analfabetos por falta de
práctica.
La ancianidad entre Tawahkas de
ninguna manera implica soledad y desocupación.
Las personas de avanzada edad siguen
dedicándose a sus labores cotidianas en la medida que sus fuerzas lo permitan.
La anciana Tawahka tiene a su cargo la educación de los niños pequeños y
ciertas labores domésticas. Como la preparación parcial de alimentos y algunos
trabajos artesanales. Los hombres ancianos ocupan en la jerarquía civil y
religiosa del grupo un puesto que deben a su experiencia y sabiduría.
Son respetados y escuchados. Se
disfruta de su compañía y se les pide consejos.
Cuando un tawahka siente que las
fuerzas lo abandonan y que resulta una carga para su familia, se deja morir.
Muerte
Cuando un Tawahka muere, el cuerpo es
llevado al cementerio con los pies hacia adelante, el zukia o rezador dirige
sus oraciones al difunto y antiguamente, el zukia debía capturar el alma del
difunto y conducir la hacía su última morada; de lo contrario el alma erraba
sin destino causando mucho perjuicio a los pobladores. Para lograrlo se ponía a
bailar alrededor de un insecto y lo acercaba al muerto, invitando al alma a
penetrar en el cuerpo del animal. El zukia colocaba el insecto en un recipiente
y lo liberaba luego en la proximidad de la tumba, para que el alma pudiera
entonces pasar el animal al cadáver.
La pobreza Tawahka
La extrema pobreza de la comunidad
Tawahka se refleja en los niños donde la falta de centros educativos y la
asistencia social del estado no llega a estas regiones olvidadas casi por todos
los gobernantes.
En la región no se hablan dialectos
derivados de la lengua Tawahka. En Honduras habitan aproximadamente entre 800 y
1000 individuos. Prácticamente está desapareciendo. Existen 7 poblaciones
Tawahkas que se caracterizan por albergar hasta el 95% de la misma familia.
Muestran marcadas tendencias comunitarias, viven en miserables condiciones
sociales desprovistos de todos los servicios básicos; se transportan en
pipantes (canoas) sus viviendas son rusticas, utilizando bambú levantadas sobre
polines, sin divisiones internas.
El Aspecto Socio-Económico
Los tawahkas están estrechamente
vinculados a la tierra. La principal actividad económica que realizan es la
agricultura de subsistencia. Esta actividad está orientada al autoconsumo y
para realizarla utiliza tecnología tradicional. La dieta es complementada con
la caza, la pesca y la recolección de frutos estacionales. Toda la población se
dedica al renglón económico de la agricultura, incluyendo las mujeres y los
niños. Los tawahkas cultivan plátanos, malanga, guineo (banano), camote, yuca
amarga y dulce, caña de azúcar, ayote, frijoles, café. Todos estos productos
son cultivados en pequeña escala para el consumo familiar.
Las aldeas tawahkas están rodeadas
por cientos de hectáreas de tierra libre en condición de tierra nacional, sin
embargo, ellos consideran que su propiedad comunal se extiende a unas 77
hectáreas hacia el noroeste. Esta área está localizada sobre la intersección de
los departamentos de Gracias a Dios, Olancho y Colon.
De la totalidad del are explotada
para cualquier tipo de actividad de subsistencia, solamente unas 37 Km., o sea
el 4.8% del área total, están bajo alguna forma de uso agrícola, incluyendo las
parcelas en donde se cultivan granos básicos, tubérculos y frutas, o que están
en descanso (guamil).
La mayor parte de las tierras
utilizadas por los tawahkas, un 95% del área, sirve para actividades de caza,
pesca o extracción de materiales de construcción. Esta zona de subsistencia
incluye aproximadamente 77,000 hectáreas, en las dos categorías: agrícola y uso
extensivo.
Nunca ha existido un sistema de
producción y mercadeo a gran escala. Por ello es que estas comunidades no
pueden competir en el mercado productivo. Ecológicamente desempeñan una
excelente función dentro de su medio. El “shifting cultivation” es un sistema
que han sabido utilizar, lo que los convierte en un pueblo cuidadoso de su
medio. Sus técnicas de cultivo, aunque parecen muy primitivas, son capaces de
producir la alimentación necesaria para la población, además de un exiguo excedente.
Además, tienen la capacidad de aprovechar el ecosistema sin dañarlo.
Recientemente, el demógrafo
norteamericano Peter H. Herlihy, colaborador de MOPAWI y del Instituto
Hondureño de Antropología e Historia IHAH), realizo la delimitación de la zona
que históricamente pertenece a los tawahkas. La finalidad del estudio es
garantizar que las tierras les sean devueltas legalmente. En parte de estas
tierras, principalmente cerca de las riberas del rio Patuca, los tawahkas
tienen sus parcelas agrícolas.
La producción global de granos
básicos en el último año (1990), que no se destina al consumo de personas y
animales, se calcula en 20 cargas (40 quintales9 de fríjol y 100 quintales de
arroz. Los mismos tawahkas hablan de un fuerte decaimiento de la producción. En
la mayoría de las comunidades visitadas, los habitantes plantearon el problema
de la escasez de semilla, en el sentido de que por la falta de lluvia, en 1990,
muchas de las siembras se arruinaron. Este año, son pocos los que van a
sembrar, lo que procurar la carestía de productos el próximo año.
El trabajo agrícola lo realizan en
los “trabajaderos”, por lo general, a la orilla del rio. Algunas veces frente a
las aldeas y otras rio arriba. En algunas ocasiones, los trabajaderos se
encuentran a varios kilómetros de distancia de los poblados.
Entre otras cosas, las mujeres, al
igual que los hombres, trabajan en la siembra, la limpieza y la cosecha de los
diversos productos. Parte de la cosecha es vendida, a bajo precio, a los
comerciantes misquitos y a los intermediarios ladinos (coyotes) que llegan
hasta las comunidades.
La región tawahka no cuenta con vías
de comunicación efectivas. El único medio de comunicación es el pipante. No hay
pistas de aterrizaje, ni tampoco una radio. Son comunidades aisladas, que solo
disponen de tres pipantes con motor, los que no siempre son usados pues, la
mayor parte del año, no disponen de combustible.
Los tawahkas tienen que viajar hasta
Culmi (siete días por rio y a pie) para comercializar sus productos, donde los
truecan por sal, zapatos, ropa o los venden para comprar dichos artículos. No
existe una forma de comercio justo; los tawahkas no conocen el verdadero precio
de los productos.
Las causas que aíslan a los tawahkas
del resto del país son: la falta de carreteras u otro medio económico que
comunique sus poblaciones con el resto del departamento y del país. La única
vía de comunicación es el rio. En toda la región tawahka no hay vías de
comunicación terrestre que enlace una comunidad con otra.
En época de verano, la comunicación
fluvial se interrumpe porque hay partes del rio que no son profundas y
obstaculizan la navegación.
En lo que respecta a la tenencia de
la tierra, cada persona o familia puede escoger la parcela que desee trabajar
sin ser molestado por el vecino pues, según su visión del mundo, se considera
que la “tierra es para el que la trabaja”. En todas las formas de trabajo, ya
sea productivo o de construcción (viviendas), se da el fenómeno conocido como
“mano vuelta”, que consiste en ayudarse mutuamente en la siembra y cosecha de
los productos. Asimismo, al nuevo poblador de la aldea que es aceptado por los
habitantes, recibe ayuda de estos. En otros tiempos, cuando la escasez era
menor, a los nuevos pobladores les regalaban semillas, cepa de plátano, guineos,
madera de yuca, etc., para realizar su siembra.
Las parcelas sembradas les permite
contar con una (en los últimos años reducida) cosecha para su alimentación y el
excedente, que ahora es poco, es destinado a la venta o al trueque.
En los años 30, muchos tawahkas
realizaban actividades asalariadas en plantaciones de banano, no muy lejos de
sus comunidades. Fueron los alemanes quienes tuvieron plantaciones bananeras en
las vegas del rio Patuca. La sede de la Compañía, cuyo nombre no se pudo
obtener, estaba en Brus-Laguna y el encargado radicaba en Brabilia (Boca de
Carrizal). Esto duro hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial. De estas
plantaciones de banano solo han quedado algunas matas en el monte, a orillas
del rio Patuca.
La caza la realizan a nivel de
subsistencia. Numerosas especies de animales salvajes se encuentran en las
cercanías de las aldeas, los que son cazados con arco y flecha, arpón, trampas,
rejones, rifles y escopetas. También se capturan pavos y loros, los cuales se
destinan a la venta, cuando algún visitante los requiere.
La pesca la practican en ríos,
canales y manantiales aledaños al Patuca. Capturan peces, tortugas, camarones y
cangrejos, utilizando anzuelos, arpones y atarrayas hechas de bejucos y hierbas
adormecedoras (pate). Esta última práctica ya no se realiza abiertamente porque
es prohibida por la ley.
En los meses de verano, diariamente,
las mujeres y los niños pescan con anzuelo. Recorren los canales y los ríos en
pipante, colocan una vasija conteniendo hierbas o resina encendida en medio de
la embarcación o en sus extremos –proa y popa- para ahuyentar a los mosquitos.
En cada pipante (generalmente, cada familia posee uno) van dos o tres mujeres,
quienes regresan a sus casas a realizar otras labores domésticas, después de
pescar lo suficiente para el consumo diario.
En otros tiempos, “cuando todo era
abundante”, la pesca de tortugas, cangrejos, lagartos, etc., corría a cargo de
los hombres, ya que para ello se necesita introducirse en las pozas y meter las
manos o pies en las cuevas y balseras. Es difícil integrar a la gente a un
proceso productivo de pesca, pues en los últimos años el rio Patuca, que es la
única fuente, ha disminuido su potencial de especies.
Por otra parte, los tawahkas crían
cerdos, gallinas, jolotes, patos y ganado vacuno en pequeña escala.
Algunos tawahkas (hombres) se dedican
al lavado de oro en las quebradas y riachuelos aledaños a la desembocadura de
los ríos Wasparasni, Pao, Lagarto y otros.
En la región de la Patuca, en el
departamento de Olancho, funcionan empresas de capital norteamericano, por lo
general no identificadas. Estas empresas se dedican a la explotación aurífera;
labor en la que ocupan unos 15 trabajadores permanentes, incluyendo motoristas,
operarios de bombas seccionadoras de arena, con las que se explora el fondo del
rio.
Los misquitos y tawahkas que trabajan
con estas empresas reciben un salario diario de 8 lempiras. El horario es de
las 7 a.m. a los 12 meridianos y de las 2 a las 5 de la tarde.
El trabajo consiste en destapar el succionado
cuando se obstruye, para lo cual los buceadores, desprovistos de tanques de
oxígeno, se sumergen hasta una profundidad de doce metros.
En algunos lugares, el oro se
encuentra fácilmente y en cantidades considerables. Según un joven tawahka
durante quince días de lavado saco más de dos onzas, en uno de los caños
ubicados rio arriba.
Por su parte, la Empresa Nacional de
Energía Eléctrica ha realizado mediciones del potencial hidroeléctrico del rio
Patuca, mediante aparatos especiales instalados en las cercanías de la aldea de
Kurpa.
La extracción del látex se efectúa
durante seis meses (de junio a diciembre), los tawahkas y algunos misquitos se
dedican a picar chicle (extraer el látex) en las selvas cercanas a las márgenes
del Patuca y montañas de Olancho. En la actualidad, esta actividad no es
rentable, pues no hay compradores.
Alimentación
La dieta alimenticia de los Tawahkas
está constituida por arroz, guineos, plátanos y yuca; en algunos casos, carne
de pescado, tortugas, huevos de gallina, cangrejos, animales de monte (venado,
jagüilla, quequeos y danto o tapir) y, en menor proporción, carne de cerno y
carne de res.
La influencia misquita en la
alimentación se manifiesta con el guabul, bebida preparada con plátano, chato o
guineo maduro o verde cocido, que luego machacan en calderos de hierro; luego,
a la masa le agregan leche de coco, de vaca o agua y azúcar, según las
posibilidades familiares. Esta bebida la consumen durante los tres tiempos de
comida. También hacen guabul de una fruta llamada mazapán y de pejivalle.
También consumen pejivalle o sopa cocida y preparan bunya, que es un plato
hecho con yuca cocida, machacada, que dejan fermentar por espacio de varios
días, luego se envuelve en hojas de plátano o bijao para su conservación. El
sasal lo preparan con yuca rayada, que envuelven en hojas de bijao o platino
para conservarla; de esta masa preparan tortillas, según se presenta la
necesidad. La chicha es otra bebida típica muy consumida por los Tawahkas; para
su elaboración utilizan diversos productos.
El Aspecto Organizativo
Los tawahkas no tienen una
organización política centralizada como grupo. En 1987 se constituyó la
Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH), con apoyo de CAHDEA y de
MOPAWI. En la actualidad, la FITH es el único organismo existente en la
comunidad que persigue agrupar, representar y defender los intereses de este
pueblo indígena. A pesar que, desde 1987 recibieron ayuda organizativa y
financiera por parte de CAHDEA, MOPAWI y, recientemente, de organismos como la
CCD, aun no logran superar sus limitaciones: aislamiento, la incapacidad de los
dirigentes de salir adelante con sus proyectos, la falta de personal capacitado
dentro de sus miembros, etc. Estas circunstancias imposibilitan formular,
planificar y presentar proyectos e informes a los organismos nacionales e
internacionales de desarrollo. Los propios indígenas conocen las deficiencias
de su organización: “Una de las prioridades principales que muchos de nosotros
vemos de mucha importancia, es la capacitación de nuestros representantes.
Muchos rasgos originales de la
cultura tawahka ya no existen y su legado material y espiritual del pasado, que
expresa el desarrollo social alcanzado, ya no existe integro (si se toma en
consideración a los tawahkas en su totalidad: los de Honduras y de Nicaragua).
En el caso de Honduras, el inventario de rasgos culturales originales resulta
exiguo y, por tanto, poco definidor en su identidad.
Su Problema y Estratificación Social
y Tenencia de la Tierra
Puede afirmarse que, en términos
generales, entre los tawahkas no existe una estratificación y diferenciación
social. Ellos conservan inalterables los sentimientos solidarios e
igualitarios. Quizá la influencia externa a la que han sido sometidos revele
alguna diferenciación social, pero en la práctica son bastante solidarios.
Entre los tawahkas los lazos familiares son muy extensos. En Krautara, por
ejemplo, un 90% de la comunidad está emparentada.
Conservan inalterables las formas
tradicionales del matrimonio. Los padres determinan el futuro de sus hijos,
mediante el acuerdo verbal entre los padres cuando los hijos están aún en la
niñez o en la adolescencia. En tal sentido, entre las familias ocurre un
acercamiento natural y una serie de condiciones que posibilitan la prematura
aspiración familiar. Llegado el momento de la unión conyugal, se efectúan los
preparativos, desarrollándose una simple ceremonia de entrega, acompañada de
consumo de chicha y de una comida tradicional, conocida entre ellos como
“comilona”.
Sin embargo, en casos excepcionales,
se practica el matrimonio civil, el que acostumbran muy poco, quizá por las
dificultades que el mismo implica: oneroso traslado a la cabecera municipal de
Brus Laguna, de 8 a 10 días en pipante por el rio, más las inclemencias de la
naturaleza. En fin, ellos prefieren sus hábitos tradicionales de desposamiento.
El recurso más importante para la
supervivencia de los tawahkas es la tierra donde viven y el bosque que la
puebla.
El territorio tawahka fue declarado
como reserva ecológica (Biosfera de Rio Plátano) y los indígenas han sabido
convivir con su medio.
El problema que se presenta es el de
la migración campesina hacia esa zona, ya que estos grupos mantienen costumbres
incompatibles con la naturaleza de la zona, las que acarrearan consecuencias
desastrosas para el medio ambiente.
Cientos de hectáreas de tierras, a
uno y otro lado del rio, se encuentran libres en calidad de tierra nacional,
pero los tawahkas consideran que su propiedad comunal se extiende unas 14
caballerías hacia el norte y, tradicionalmente, han tenido la libertad de
escoger la parcela de tierra que desean cultivar, sin ningún obstáculo”.
Por otra parte, quiérase o no, por la
influencia foránea, a la que no han podido oponer resistencia, poco a poco, las
comunidades experimentan una transformación hacia una economía campesina. En
otras palabras, están pasando de una economía autárquica y comunal a una
economía de carácter individual, cuya unidad productiva la constituye la
familia nuclear. Este es un proceso largo, no se ha dado de golpe.
En términos jurídicos, el tipo de
tenencia no está del todo definido; pero en términos geográficos ya se ha
logrado una demarcación. La región se caracteriza por carecer de ceros
limítrofes. Algunos campesinos ladinos han cercado tierras que, según ellos,
“les pertenecen”, lo que ha valido para que el INA asuma el problema con
preocupación.
Orientación Productiva
El cacao, la madera y la extracción
de oro son sus fuentes principales de ingresos. Para algunos, el ingreso anual
es de 600 lempiras, si se dedican a vender madera y cacao. Por otra parte,
cuando se necesita del azúcar y la manteca, se recurre al trueque por productos
como madera, cacao e, incluso, pájaros (loras y pericos).
Algunos indígenas se quejaban del
escaso rendimiento (en los últimos años) de la producción de cacao y maíz por
la falta de fertilizantes, las plagas y los fenómenos naturales.
El uso de la tierra varía según las
necesidades. Acostumbran sembrar granos básicos: arroz, frijoles, leguminosas,
tubérculos, etc.
El área de cultivo es variable y
depende de sus necesidades y de su voluntad de trabajar. Además, depende del
número de miembros de una familia.
El volumen de producción es bajo;
generalmente, solo producen para el consumo y, si hay un excedente, se vende a
comerciantes intermediarios. Según conocedores, las tierras en que se localiza
este grupo son de vocación agrícola y forestal; debida a la alta pluviosidad,
su rendimiento es óptimo y se podrían lograr tres cosechas por año.
El pequeño productor tawahka, es
aquel que produce un excedente de producción comercializable de café, maíz,
frijoles o arroz, pero nunca maneja grandes cantidades y su vinculación con las
empresas agro exportadoras no es directa, ya que no tiene capacidad para transportar
sus productos.
El tawahka solo trabaja o cultiva
para su subsistencia y, por su poca capacidad productiva, se ve obligado a
jornalear para el ladino, para el terrateniente ladino y para el indio (por lo
general, misquitos) pequeño productor; gana salarios irrisorios y su trabajo e
eventual.
Otros Datos De Los Tawahkas
Los Tawahkas son la etnia más pequeña
de Centroamérica con apenas 805 personas, viven en condiciones de extrema
pobreza, conviven en un entorno ecológico de bosque tropical húmedo que es el
de mayor biodiversidad de la región y se encuentran amenazadas como etnia por
el avance de los ladinos a través de distintas fuentes de colonización y por
las relaciones Inter. Étnicas desiguales con los misquitos, que son el grupo
dominante en la zona.
Después de haber sido en tiempos
pasados el grupo indígena más numerosos y extendido de la zona, el pueblo
Tawahka se ha visto redujo en pequeños poblados. No obstante, conservan su
lengua, su cultura y una posición estratégica en uno de los bosques tropicales
más importantes de Centroamérica.
La reserva de la biosfera Tawahka
Asangri comprenderá 233,000 hectáreas de bosque tropical en el centro del cual
se encuentran las comunidades Tawahkas, que recibirán de parte del estado la
responsabilidad de su cuidado y manejo. El proyecto de decreto para la creación
de esta reserva se encuentra para su aprobación en el Congreso Nacional de
Honduras.
En la actualidad, lo que se haya en
juego por tanto, es la supervivencia de los Tawahkas como pueblo, de su lengua,
de sus modelos de vida, de su saber tradicional, de sus cosmovisiones y del
entorno ecológico en el que han convivido históricamente.
Poblados Tawahkas
En la parte de Honduras, existen de
800 a 1000 Tawahkas, aunque es imposible precisar un numero exactos pues desde
1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades indígenas
del país. Los datos que presentamos son aproximados. En total estimamos que su
número (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000 aproximadamente. Sin
embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo en Honduras son:
Krausirpe, Krautora, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasni y Santa Martha,
albergan 704 personas, distribuidas de la siguiente manera.
Pueblo
|
No de casas de población
|
Krausirpe
|
58,390
|
Krautara
|
10,110
|
Dimikian
|
440
|
Yapuwas
|
632
|
Kamakasna
|
557
|
Wasparasni
|
210
|
Santa
Martha
|
865
|
Total
|
93,704
|
Los poblados Tawahkas son
materialmente pobres; desprovistos de servicios públicos y rodeados por
extensas zonas selváticas. La única forma de comunicación es por medio de pipantes
(una especie de canoa), los viajes en pipantes pueden durar de tres a cuatro
días, para poder comunicarse con Ahuas y Barra Patuca.
Mito sobre el origen de los sumos o
Tawahkas
Entre el Río Patuca y el Río Coco
está una montaña llamada Kaunapa, donde se encuentran rocas que llevan dibujos
de cordones umbilicales humanos. Allá nacieron los indios en tiempos antiguos,
allá está el origen del pueblo.
Había un Gran Padre llamado por los
sumos Maisahna, que quiere decir que nos ha rajado o parido; y una Gan Madre
llamada Ituana. Dicen que esta última es la misma que Itoki, así llamada por
los Tawahkas, que significa madre alacrán. De esta pareja nacieron los
Tawahkas, los Misquitos y los Yusku, que vivieron en los ríos Prinzapolka y
bambina. Pero los yusku acabaron por ser perversos, cometiendo impudicias; y
por eso los sumos les hicieron guerra y los mataron, con excepción de un
pequeño resto que ahora vive, como dicen en alguna parte cerca de los españoles,
por donde nace el río Wanki o Coco. Los sumos vivieron a lo largo de los ríos y
en la montaña; eran muy salvajes hasta que el rey Mosco se enteró de ellos.
Envió a buscarlos y los apresó. Llevaban el pelo largo, hasta las rodillas, y
tenían muchos piojos. El rey los lavaba con jabón y así se encariñó con ellos y
los guardó consigo.
Los
Tawahkas: El pueblo Indígena Hondureño más pequeño, casi en desaparición
Típica familia tawahka
|
Son
trilingües, ya que hablan el tawahka (su lengua materna), el misquito y el
español. Habitan la zona del río Patuca Medio, entre los departamento de
Olancho y Gracias a Dios. Constituyen el pueblo indígena hondureño más pequeño,
actualmente son cerca de 1600 pobladores autóctonos que habitan las comunidades
de Krausirpi, Krautara, Krauquira, Yapuwas, Kamakasma, Parawas, Parawasito y
Kungkungwas. .
La mayoría de ellos viven en la aldea
más grande Krausirpi, ubicada en la margen del río Patuca y en el corazón de la
Reserva de la Biosfera Tawahka Asagni. Conservan elementos de su propia cultura
que los hace distinguirse como pueblo indígena. Entre estos elementos se
encuentra la lengua, sus relaciones sociales y sus características de
producción y de mutua solidaridad. El primer contacto que tuvieron con los
españoles fue en el año de 1604.
Eran
uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el periodo
colonial, desde el río Patuca en Honduras, a través de la sierra central de
Nicaragua, hasta el río Rama en el vecino país. Fueron el grupo dominante en
esta zona por lo menos cuatro siglos. Tienen parentesco cercano con los
misquitos.
Hay muchos rasgos socioculturales que los asemejan y la lengua es uno de esos elementos.. Aunque los Tawahkas habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal aldea Tawahka, fue fundada en 1938 por el último cacique Tawahka (Claudio Cardona).
Hasta 1948, el principal asentamiento Tawahka era Yapuwas, caserío que abandonaron debido a una peste que diezmó la población sumado a las presiones ejercidas por autoridades y grupos de poder de aquel entonces en Olancho.
Hay muchos rasgos socioculturales que los asemejan y la lengua es uno de esos elementos.. Aunque los Tawahkas habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal aldea Tawahka, fue fundada en 1938 por el último cacique Tawahka (Claudio Cardona).
Hasta 1948, el principal asentamiento Tawahka era Yapuwas, caserío que abandonaron debido a una peste que diezmó la población sumado a las presiones ejercidas por autoridades y grupos de poder de aquel entonces en Olancho.
LA
LUCHA DEL PUEBLO TAWAHKA
Lorenzo Tinglas Maldin, presidente de
la Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH) explica que la misma fue
organizada el 21 de septiembre de 1987, en la comunidad de Krausirpi, Es la
primera organización política de los Tawahkas, y asume la representación
política de este pueblo indígena. Sus principales objetivos son desarrollar la
conciencia cultural y fortalecer la unidad de los miembros del pueblo Tawahka y
consolidar los lazos de hermandad con los otros grupos étnicos -pueblos
indígenas del país.
Luchar para que se haga efectivo el artículo 346 de la Constitución de la República (Decreto No 131 de la Asamblea Nacional Constituyente) que literalmente dice: “Es deber del Estado dictar medidas de protección de los derechos e intereses de las comunidades indígenas existentes en el país, especialmente de las tierras y bosques donde estuvieren asentados”.
Luchar para que se haga efectivo el artículo 346 de la Constitución de la República (Decreto No 131 de la Asamblea Nacional Constituyente) que literalmente dice: “Es deber del Estado dictar medidas de protección de los derechos e intereses de las comunidades indígenas existentes en el país, especialmente de las tierras y bosques donde estuvieren asentados”.
Otros
objetivos por los que lucha esta organización son: bogar por la protección y
desarrollo de los grupos étnicos – pueblos autóctonos y por la creación de
entidades nacionales en las que tengan representación directa. Asegurar el
espacio (tierra y demás recursos naturales) que históricamente pertenecen al
pueblo Tawahka. Recuperar la memoria etnohistórica para fortalecer la identidad
étnica de este pueblo y contribuir a la formación de una autentica conciencia
histórica y social. Revalorizar y fortalecer el lenguaje (la lengua) Tawahka a
través de la educación y difusión bilingüe y bicultural; así como, promover el
mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades miembros en
coordinación con los organismos nacionales e internacionales.
Señala
el dirigente tawahka que “Después de sufrir una invasión masiva en 1989 por
parte de grandes ganaderos y militares, la mayor parte de ellos procedentes de
Olancho, iniciamos la lucha para asegurar nuestros derechos sobre los
territorios tawahkas. Logramos que el Estado de Honduras protegiera legalmente
esta área, como la Reserva de Biosfera Tawahka Asagni con el Decreto
Legislativo 157-99 publicado en La Gaceta en Diciembre 21 de 1999.
Es
el último hogar de las comunidades étnicas Tawahkas , con una extensión
legalmente protegida de 252,079.18 de hectáreas, ubicadas entre los municipios
de Dulce Nombre de Culmì y Catacamas, Departamento de Olancho y Brus Laguna y
Wampusirpi, Departamento de Gracias a Dios “ .
En 1997, según indica Tinglas Maldin,
el Instituto Nacional Agrario (INA) les otorgó 4 títulos comunales, pero
actualmente se han reducido estas tierras en un 50 por ciento, debido a la
invasión de los ganaderos, terratenientes y coroneles que encabezan el frente
de colonización en esta frontera agrícola.” Estamos en la lucha ante estos
grandes terratenientes que están en el Congreso Nacional y en las Fuerzas
Armadas. Hay un grupo de estos invasores que propugna por dejar fuera del área
legalmente protegida toda la parte correspondiente al Departamento de Olancho.
Estas
gentes no viven en la zona, ni tan siquiera conocen el río. Por manos de otros
están haciendo esta invasión. Por ello le demandamos al presidente Zelaya
Rosales, que nos cumpla con su promesa de proteger al pueblo y territorio
tawahka, que somos el grupo indígena minoritario, más amenazado y desprotegido
del país. Con este frente colonizador están matando nuestra rica cultura,
destruyen los ecosistemas y desalojan nuestras comunidades. También ya están
asesinados nuestros líderes y a otras personas que apoyan nuestras luchas. Si
el gobierno no cumple con esta responsabilidad, vamos a demandarlo
internacionalmente”, dice el presidente de la FITH.
Mario
José Sánchez, poblador de la comunidad tawahka de Yapuwas, indica que el 15 de
septiembre del 2007 asesinaron a Mario Guifarro un ambientalista que trabajaba
con el Instituto para la Cooperación y Autodesarrollo (ICADE), en la
delimitación y demarcación de los límites de la reserva Tawahka, para mejorar
su protección y manejo, porque en los últimos años ellos han estado sufriendo
la invasión de ladinos y ganaderos en sus tierras. Tanto esta ONG como otras
instituciones que habían estado trabajando en la zona en proyectos de
protección ambiental y desarrollo social para las comunidades, se han retirado
a raíz de los problemas de inseguridad y amenazas.”
Pedimos
al gobierno que nos proteja y brinde seguridad en la zona, lo mismo que
garantice nuestro derecho a las propiedades y tierras ancestrales que siempre
hemos tenido y que ahora está en peligro” dice Sánchez.
Dorila Martínez, lideresa del grupo
de mujeres de la comunidad Krausirpi, en el Municipio de Wampusirpi indica que
los principales problemas que tienen es la invasión de los ganaderos y la falta
de trabajo.”Antes que no nos habían invadido, pescábamos, cazábamos, salíamos a
trabajar para cultivar nuestros alimentos y ahora más bien estamos amenazados.
Y las autoridades no hacen nada para ayudarnos” asegura Dorila.
Además
indica que las mujeres y los jóvenes ya planificaron proyectos alternativos
como un centro para atender los visitantes, un comedor indígena, guías eco
turístico y un centro-taller para elaborar artesanías con madera de la zona.
Para ello ya están coordinando apoyo con el proyecto Corazón de la Secretaría
de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA)
Edgardo Benítez, otro dirigente tawahka y del grupo Alianza Verde, explica que el 20 de octubre de 1994, se constituyó la Asociación Asang Launa (AASLA),reconocida legalmente mediante Decreto 210–97 de 1997.. El Articulo 1 de su Estatuto define su principio en: “Créase con la finalidad de contribuir al manejo y conservación a perpetuidad de la Reserva de Biosfera Tawahka Asangni, como una organización civil, privada, apolítica, sin fines de lucro, de interés público, de duración indefinida, con personalidad jurídica”… Sin embargo actualmente no está funcionando.
Edgardo Benítez, otro dirigente tawahka y del grupo Alianza Verde, explica que el 20 de octubre de 1994, se constituyó la Asociación Asang Launa (AASLA),reconocida legalmente mediante Decreto 210–97 de 1997.. El Articulo 1 de su Estatuto define su principio en: “Créase con la finalidad de contribuir al manejo y conservación a perpetuidad de la Reserva de Biosfera Tawahka Asangni, como una organización civil, privada, apolítica, sin fines de lucro, de interés público, de duración indefinida, con personalidad jurídica”… Sin embargo actualmente no está funcionando.
Benítez,
resume los principales problema de este pueblo indígena como. Amenazas a los
dirigentes por habitantes del frente de colonización; Acelerada pérdida y
reducción del territorio y recursos naturales de la Biosfera Tawahka Asangni.;
Déficit de información de las grandes amenazas y del trabajo de los dirigentes
en las comunidades; Violación de los derechos colectivos del pueblo Tawahka ;
Amenazas por megaproyectos; represas, petróleo, agro combustibles, bases
militares, carreteras, entre otros; Inseguridad y falta de soberanía
alimentaria, incluyendo la introducción de cultivos transgénicos;
profundización de la pobreza y el hambre en las comunidades.; exclusión de
jóvenes y los ancianos en los procesos políticos, débil participación de la
mujer en procesos políticos, alta vulnerabilidad ambiental; y la propagación de
enfermedades desconocidos en la zona
APOYO PRIORITARIO
Juan
Pablo Suazo Euceda, director para Honduras del proyecto Reserva de Biosfera
Transfronteriza “Corazón del Corredor Biológico Mesoamericano” que ejecuta en
esta área del país la SERNA, explica que con instrucciones directas del
ministro Tomás Vaquero Morris el apoyo al pueblo Tawahka es prioritario dentro
de las acciones de este programa, lo mismo que procurar el mejor manejo y
protección de la Reserva Tawahka Asagni.
Para
ello ya se inició el apoyo financiero y técnico a proyectos comunitarios de
corto plazo y se coordinan esfuerzos con las organizaciones indígenas
representativas para mejorar los planes de manejo, la demarcación del área
legalmente protegida, el saneamiento, legalización y titulación de sus tierras
comunitarias, todo ello en acciones conjuntas con otros entes gubernamentales.
Este
proyecto apoyará los esfuerzos de los tawahkas durante los próximos 5 años, con
una amplia participación y socialización con este y otros grupos indígenas de
la zona de influencia
del proyecto Corazón, explicó Suazo Sauceda.
del proyecto Corazón, explicó Suazo Sauceda.
CONCLUSIONES
En
la realización de este informe tuve la oportunidad de leer la historia,
biografía y su problema social de dos de las tribus que están prácticamente en
el olvido en nuestra geografía nacional, dos tribus que forman parte de la
historia de nuestro país Honduras, esas tribus son LOS PECH Y LOS TAWAHKAS O
SUMOS.
Pude
investigar sus formas de vida, sus culturas, su lenguaje autóctono, viendo asi
la importancia que tienen estas tribus en el país, tristemente como
anteriormente dije están en total abandono por parte de las autoridades a
través de los años.
Estas
tribus sobreviven gracias a que cultivan en las tierras donde habitan, pero en
algunas partes donde habitan solo sobreviven con un tiempo de comida, pocas
veces las autoridades gubernamentales han ayudado a estos habitantes.
Puedo concluir que me afecto
positivamente pues, ignoraba de las carencias con las que viven a diario estas
tribus, ahora puedo decir que si en mis manos estuviera la posibilidad de
ayudar a estas personas lo haría sin compromiso alguno.
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