domingo, 26 de julio de 2015

 

Los Pech y los Tawahkas, su ubicación y problema social

Esta es una investigación basada en la historia de la vida de Los Pech y los Tawahkas que son etnias fundamentales en la historia de nuestro país
  

Historia  de los Pech


Su origen  hace unos tres mil años cuando llegaron a Honduras a donde hoy es el departamento de Colón, luego se extendieron a otras partes del territorio.

Los Pech se opusieron a la conquista de sus tierras, lucharon para evitar ser privados de su libertad. Los españoles les llamaron despectivamente como payas, término que fue rechazado por los Pech ya que hace alusión a bárbaro, salvaje o incivilizado.

Los españoles se aventuraron a entrar en la Mosquitia en 1564, pero debido a su férrea oposición decidieron que solo podrían conquistarlos utilizando la religión católica.

Lehmann Stone y Epstein piensan que los Pech habitaban las Islas de la Bahíadurante el siglo XVII junto a comerciantes mayas debido a que se encontraron artefactos similares a los que se encontraron también en territorio Pech en tierra firme y que algunos grupos Pech de tierra firme fueron a cristianizar a los Pech de las Islas de la Bahía.

En el siglo XVIII los piratas ingleses, franceses y holandeses se aliaron con los misquitos, a quienes les dieron armas de fuego para obligar a indígenas como los Pech a refugiarse en el interior de Honduras. Los Pech eran capturados por los misquitos y vendidos como esclavos a comerciantes ingleses, debido a esto su población disminuyó considerablemente en poco tiempo.

Luego de ser expulsados de las costas por los colonizadores españoles, los Pech se refugiaron en las zonas montañosas, cuentan sus ancianos que por cuatro siglos se escondieron los Pech de los colonizadores y los zambos para evitar ser vendidos como esclavos, debido a esto se convirtieron en un pueblo nómadade esta forma mantuvieron su cultura tradicional.

Actualmente participan en la política por medio de la Federación de Tribus Pech de Honduras (FETRIPH), creada en 1985 para cuidar sus tierras y conservar su cultura.

La tormenta tropical Gamma afectó sus tierras y cultivos se perdieron en el año 2005, debido a eso durante algún tiempo subsistieron a base de plátano y yucadebido a que no cuentan con un centro de almacenamiento de granos y han sido olvidados por el gobierno. La cooperación española les ha construido unas 300 viviendas pequeñas de cemento y ladrillo pero nadie les proporcionó catres ni camas para que durmieran cómodamente.

Distribución
Su etnia está distribuida en nueve Tribus (pueblos), distribuidos de la siguiente forma
  
Departamento de Olancho

·         Santa María del Carbón

·         Agua Zarca

·         Brisas de Pisijire

·         Culuco

·         Jocomico

·         Pueblo Nuevo

·         Pisijire

·         Subirana

·         Vallecito

En el Municipio de San Esteban

Santa María del Carbón fundada por el sacerdote Manuel de Jesús Subirana.

Departamento de Colón

Silin, en el Municipio de Trujillo.

Departamento de Gracias a Dios:

Las Marías, en la Biosfera del Río Plátano.

Cultura

Los Pech conservan su idioma, su cultura su religión y su sistema económico, es conocido sobre todo las personas de la tercera edad. Respetan la naturaleza ya que dependen de su flora y fauna.

El valor de la mujer

Las mujeres Pech participan activamente en la vida laboral, económica y religiosa, son agricultoras, pescadoras, jefes tribales, curanderas y chamanes. Su importancia en la sociedad está equiparada con el de los hombres, fue muy significativa desde antes de la colonia, pero luego de la conquista la influencia colonial motivó su desvalorización social.

Medicina Pech

Son conocedores de una botánica naturista ancestral, los curanderos se encargan de conservar y divulgar la medicina Pech basada en un conocimiento profundo de la naturaleza, desarrollaron terapias para tratar la mordedura de la serpiente barba amarilla y para muchas otras enfermedades, por lo que sus ancianos son muy respetados y consultados.
Música

Sus ancianos conservan muchas canciones con música y lengua Pech. Algunos de sus instrumentos musicales autóctonos son la Tempuka, el Arwa y el Camachá.

Religión

Su pueblo es descendiente de los nueve hermanos, los bisnietos del trueno, los héroes Pech lucharon en contra del gigante Takaskró, que es el nombre en Pech del sisimite. En el español de Honduras sisimite es un hombre alto y peludo que vive en las montañas. Tiene una esposa que se llama YekaYeka, o sea Sipa (la chiquita) en español. El watá venció al Wisinka, una serpiente grande que vivía en una laguna grande o vertiente que molestó a chupar los niños Pech. Se han encontrado petroglifos sobre el río plátano, por lo que Rafael Girard sugiere que esta área fue un gran centro religioso. Esta zona de los Pech por el Río Plátano está asociada con la Ciudad Blanca. Eran politeístas que creían en los espíritus de la naturaleza como la Sirena (del río y del pescado), de la montaña, del cerro, y de los árboles como el Ceibo y la caoba. Había muchas reglas en relación del cuidado de la mujer con su menstruación o un bebé recién nacida, con la cacería, las plantas medicinales, la corte de madera para las casas, y la pesca. el oro también tiene dueño espiritual.

Lengua

La lengua paya es parte de la familia chibcha De hecho es una lengua fuertemente divergente del resto de lenguas chibcha, razón por la cual se tardó en reconocer como parte de esta familia, pero los trabajos actuales han probado de forma concluyente el parentesco. Es interesante notar, que esta divergencia ha podido deberse al aislamiento del resto de lenguas chibchas, que se hablan desde el sur de Nicaragua hasta Colombia. Entre el resto de lenguas chibchas y el paya se interponen las lenguas misumalpas que se considera una familia de lenguas remotamente emparentadas con las lenguas chibchas y las lenguas lenca
Alimentación

Desarrollaron la agricultura y la ganadería, se alimentan de carne de animales domésticos, vegetales, cultivan yuca, frijoles y maíz. Han desarrollado comidas a base de arroz, frijoles, también bebidas alimenticias y embriagantes.

Relación con el medio ambiente

Las sociedades Pech tienen una dependencia vital del bosque, debido a ello guardan un profundo respeto por la flora y la fauna, han desarrollado normas para regular la correcta utilización de los bosques y animales, manteniendo un equilibrio con el ecosistema.

La plantas del bosque tropical húmedo son utilizadas para alimentación, como medicinas y para rituales religiosos. Además cazan para sobrevivir, aunque han desarrollado la ganadería para no tener que salir a cazar, domesticando venados, cerdos entre otros.

La comunidad de Santa María del Carbón desarrolla un manejo del bosque comunitario, de forma que sus comunidades conocen las maderas que pueden utilizar para obtener nuevas fuentes de ingresos, siempre respetando la naturaleza y evitando la explotación del bosque, dándole un aprovechamiento sostenible al bosque. Utilizan la madera para construcción en sus poblados o para venderla, así obtener mayores beneficios económicos y ahorro de dinero por parte de la comunidad.
Arquitectura
Sus viviendas tradicionalmente son chozas de paja, más recientemente casas de madera, también han recibido donaciones de más de 300 casas de piedra por parte de la cooperación española. Recientemente ha progresado la letrinización y tienen acceso a agua potable.
su problema social
 
SANTA MARÍA DEL CARBÓN, OLANCHO,

HONDURAS

Están escondidos entre valles y montañas. Por sus tierras pasean libremente el abandono y la miseria.

La precariedad los persigue. Los ha encontrado para quedarse con ellos para siempre. La imagen del hambre está presente en el rostro de decenas de hombres, mujeres, niños y ancianos.

La escasez de alimentos parece ser más cruda entre las etnias del país. Basta con volver la mirada a una de la más ancestral comunidad hondureña: los Pech.

En la comunidad de Santa María del Carbón, ubicada en el municipio de San Esteban, Olancho, la falta de granos básicos para la subsistencia de las familias indígenas es un problema permanente.

EL HERALDO se internó en esta comunidad y vivió junto a estos indígenas las necesidades que padecen y las penurias que día a día deben enfrentar ante la apatía y el olvido gubernamental.

Y es que durante los últimos tres años, la necesidad de alimentos se ha agudizado como consecuencia de las secuelas que dejó a su paso la tormenta tropical Gamma, ocurrida en noviembre de 2005.

El fenómeno natural arrasó con los cultivos y las tierras más fértiles con que contaban los habitantes de la comunidad, después del embate de la naturaleza ya nada serían igual. El hambre los ronda y amenaza con acabar con ellos.
Alimentación
Susana Hernández, de 60 años, describe a la perfección las necesidades de las familias de la tribu, pues aseguró que durante los últimos meses en las casas solo se cocinan plátanos verdes y, en el mejor de los casos, yuca.

“En los días buenos se come arroz y mantequilla, pero solo es cuando los hijos encuentran trabajo en las haciendas de acá cerca, que son de ladinos”, explica la anciana.

Los plátanos que cocina en su gastado fogón irán acompañados con un puño de sal para ser devorados por los ocho miembros de la familia. La jarra de café no podrá faltar.

El plato se repetirá de manera salteada en el hogar de la indígena, hasta que llegue la producción de maíz y frijoles que dejará el invierno, cosecha que tienen sembradas las esperanzas de que este año sea mejor.

“En aquel entonces el huracán nos llevó todo lo bueno de las tierras, se llevó la cosecha que teníamos ese año”, recordó la anciana, al tiempo que lamentó que desde esa ocasión la crisis alimentaria se agudizó.
Hacinamiento
La etnia Pech ocupa el séptimo lugar -en cuanto a número de habitantes- entre los grupos indígenas hondureños. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el más reciente censo poblacional eran alrededor de 3,800 los que se registraban a nivel nacional, siendo el 86 por ciento el que se radicaba en el departamento de Olancho.

Solo en la comunidad de Santa María del Carbón se estima que hay un número de 2,800 personas, distribuidas en unas 300 viviendas, las que están divididas en 12 barrios.

Las familias pecho, por ser numerosas, viven en hacinamiento, tal y como ocurre en el hogar de Hernández, donde no se ven sillas o una mesa para que la familia pueda sentarse a comer.

Los niños y adultos, a la hora de descansar, duermen sobre el frío suelo de cemento, pues producto de la cooperación internacional las familias de la aldea abandonaron sus antiguas viviendas de bahareque, piso de tierra y techo de paja y se trasladaron a habitaciones de bloque y techo de cinc, mismas que fueron construidas gracias a apoyo externo.

Sin embargo, las viviendas son de espacios reducidos: 25 metros cuadrados es el área que abarca la casa de Susana, la misma medida que poseen las 226 casas que se logró edificar con el apoyo de una institución española.

El espacio donde están la cocina, el dormitorio y la sala, donde reside un promedio de seis personas como mínimo, deja al descubierto las pocas pertenencias de la familia.

El fogón es la pieza que abarca el espacio más grande de la casa y está cerca de la mesa donde se guardan viejos sartenes. La hamaca donde duerme Ever Hernández, de siete meses, el más pequeño del hogar, está a pocos centímetros del fogón y el área restante sirve de dormitorio.

Necesidad de empleo

Severiano Ernesto Mendoza, vicepresidente de la tribu pecho, va más allá de describir las necesidades de alimentos, pues para él lo más preocupante es la falta de empleo en los alrededores.

“Aquí necesitamos empleo para lograr salir de la pobreza en que vivimos, nosotros somos hombres y mujeres que nos gusta trabajar y por ello le solicitamos a las autoridades del gobierno que nos apoyen a formar microempresas”, manifestó Mendoza.

En la comunidad las únicas fuentes de empleo son las haciendas cercanas, donde se emplea a unos cuantos indígenas para el cuidado del ganado y siembra de algunas parcelas.

De ahí que las estadísticas oficiales revelen que cerca del 65 por ciento de la población Pech se dedica a labores como la agricultura y la ganadería. El ingreso mensual de una familia es de un máximo de mil lempiras, si logra vender alguna cosecha de plátano o cacao.
El refugio de los Pech
El territorio en que habitan los Pech es desigual y con una basta variedad de plantas.

Es cruzado por varias serranías que forman parte de la sierra de Agalta, con orientación de suroeste a noreste, entre el departamento de Olancho y Colón.

La aldea de Santa María del Carbón fue fundada en 1864 por iniciativa del sacerdote misionero don Manuel de Jesús Subirana. El clima de la comunidad es inestable, la temperatura anual es de 26 grados, bajando por las noches hasta 18 grados.

En los meses de diciembre, enero y febrero, la temperatura puede alcanzar los 15 grados y los 36 grados en marzo y abril. La economía Pech es del tipo de economía productora de valores de uso, es decir, dirigida al auto subsistencia local.

Los indígenas Pech también han sido llamados payas, poyers y pahayas, denominaciones que son rechazadas por los miembros de esta etnia por hacer alusión a bárbaro, salvaje, incivilizado (así eran nombrados por los conquistadores españoles).

La palabra Pech significa “gente”, término que es usado para referirse solamente a ellos; para el resto de la población utilizan los términos “Pech akpua” (la otra gente) o“bulá”, que quiere decir ladino.

las drogas y el alcohol acechan a los pech

SANTA MARÍA DEL CARBÓN, OLANCHO,

HONDURAS

La tranquilidad que hasta hace unos años reinaba en el interior de la comunidad Pech, Santa María del Carbón, es tan solo un recuerdo. El tráfico y consumo de drogas en la zona es cada vez más común.

La venta clandestina que al llegar la noche provoca la euforia de los consumidores, quienes hacen disparos al aire, obliga a los indígenas a permanecer encerrados en sus viviendas desde las primeras horas de la noche.

"Esto se ha vuelto una preocupación para nosotros ya que no queremos que nuestra juventud esté involucrada en delitos de narcotráfico, pues siempre hemos vivido pobres pero en paz", dijo Severiano Ernesto Mendoza, vicepresidente de la tribu Pech.
Muertes

La circulación de droga en la comunidad ha permitido que varios jóvenes sean consumidores asiduos, situación que ha dejado como resultado la muerte de dos indígenas. El problema es difícil de atacar por sí solo, por lo que solicitan de la presencia de la Policía Preventiva de forma permanente. "Nosotros le suplicamos al presidente de la República que nos construya una posta policial, pues por nuestra propia cuenta es difícil", expresó Mendoza.

Y es que en la actualidad la aldea es custodiada por elementos del ejército, para quienes su misión más importante es la protección del bosque, con el fin de frenar la tala indiscriminada que se ha producido en los alrededores de la comunidad Pech.
Alcohol

La proliferación de cantinas es otra de las preocupaciones de los indígenas, ya que pese a que existe una prohibición de venta de bebidas alcohólicas que abarca a todo el municipio, la medida no es acatada en la comunidad.

Son 11 cantinas las que funcionan en la aldea Pech, es decir que hay una cantina por cada barrio, pues son 12 barrios los que existen en la comunidad, con un total de 300 casas.

Los expendios han sido denunciados ante las autoridades, pero al parecer cuentan con la protección de políticos que impiden el cierre de los bares. Los lugares en su mayoría son de propietarios ladinos.

Según los líderes de la comunidad, lo más preocupante es que en las cantinas se les vende bebidas hasta a los menores de edad. En los lugares se consume desde chicha -bebida preparada con yuca o maíz fermentado- hasta productos envasados que son llevados de municipios cercanos. "Nosotros queremos que a través de EL HERALDO se den a conocer estos problemas, para que se divulguen a nivel nacional y tal vez de esta manera sean escuchadas nuestras voces", concluyó el representante de la tribu.
Acciones

Pablo Córdova, presidente del consejo de protección de la niñez, manifestó que a través de los líderes de cada barrio de la aldea Pech se han realizado actividades de prevención con los jóvenes.

Las acciones van encaminadas a concienciar a los niños y jóvenes sobre las consecuencias de ingerir bebidas, así como drogas.

La lengua de los Pech no desaparecerá…


JUTICALPA  Honduras

Niños de 14 comunidades indígenas Pech, del departamento de Olancho, están siendo protagonistas del rescate y valorización de su lengua materna, el Pech. Este logro es obtenido con la implementación del programa educativo Educación Intercultural Bilingüe, en el que los escolares aprenden a leer y escribir en español y Pech.

Los pilares de esta educación bilingüe son 17 maestros originarios de las tribus Pech, que tras graduarse como maestros el pasado año 2008 en la Escuela Normal Mixta de Olancho (ENMO) ahora imparten clases a niños de su misma etnia.

El director departamental de Educación en Olancho, José Ramón Caballero, explicó que debido a del éxito del proyecto se analiza implementarlo como programa piloto en otros sectores del país con el apoyo de las autoridades de Educación y del gobierno central. "Logramos que los textos de las asignaturas de Español y Matemáticas vengan escritos en Pech, esto con el objetivo fundamental de rescatar esa lengua indígena, porque muchos nativos de la etnia ya no la hablan", dijo Caballero.

"Entonces, queremos que los niños sigan cultivando su lengua materna, para eso ha sido necesario sustituir a los maestros ladinos por los de la propia tribu Pech, esto es muy valioso", afirmó el director departamental de Olancho.

"Fíjese que los jóvenes Pech estudian con fondos propios y con ayuda del Programa Nacional de Educación Autóctona (Pronea) que impulsa la Secretaría de Educación. La estructura la conforman un representante de cada etnia del país", apuntó el funcionario.

Además, se ha capacitado a los maestros en el uso de los textos Pech, esto con el propósito de conservar la etnia Pech que ha dado una historia muy valiosa, agregó.

Tenemos dos centros básicos en las comunidades de Santa María del Carbón, San Esteban, Nueva Subirana y Dulce Nombre de Culmí, donde se imparten clases hasta el noveno grado, recalcó caballero.

"Esta labor no sería posible sin el trabajo mancomunado que las autoridades educativas realizan con los 14 caciques de las tribus, quienes vinieron con el presidente de la Federación de Tribus Indígenas Pech de Honduras (Fetriph), y les otorgaron las plazas para los docentes, se abrieron los centros básicos y se ampliaron las plazas para docentes en las escuelas con el propósito de preservar esa lengua", sostuvo caballero.

Leishmaniosis y dengue, la amenaza latente de los Pech

SANTA MARÍA DE CARBÓN, OLANCHO,

HONDURAS

La picadura de la chinche picuda, que por años amenazó la salud de los indígenas Pech es parte del pasado.

La nueva amenaza es la Leishmaniosis, enfermedad infecciosa provocada por un parásito denominado leishmania. Su fuente de infección son los animales como perros y diversos mamíferos salvajes.

Su forma de contagio es a través de la picadura de una mosca que haya picado a un mamífero infectado.

El padecimiento que se ha logrado detectar en 10 personas de la comunidad este año, la misma que se le ha diagnosticado a 20 pacientes, el año anterior.

Otra de las principales amenazas sanitarias es la presencia del zancudo Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, debido a que en el 2007 se desató una epidemia en la comunidad, en donde la mayoría de las familias presentó dengue clásico.

Preocupación

Severiano Ernesto Mendoza, vicepresidente de la tribu Pech, explicó que en la actualidad lo que necesitan es la colaboración de las autoridades para realizar drenajes de la quebrada El Carbón, debido a que producto del estancamiento del agua se proliferan las moscas y zancudos en la zona.

Otra de las obras que solicitan es el embaulamiento del cauce de la quebrada, ya que circula por el centro de la mayoría de los barrios de la comunidad indígena.

En la actualidad, la mayoría de los pobladores acude a consultas médicas al único centro de salud con que se cuenta en la comunidad.
El centro asistencial padece las mismas precariedades que enfrentan la mayoría de las unidades básicas que se ubican en el interior del país.

La falta de medicamentos y de personal son las constantes, así mismo, la falta de equipo médico asistencial que permita mejorar la calidad de los servicios.



Remedios

Ante la problemática para acceder a los servicios de salud, los indígenas Pech han tenido que recurrir a remedios caseros para aliviar sus males.

Uno de los ritos que aún está presente es la ceremonia en honor a un paciente que ha sufrido una mordedura de serpiente.

En ese momento los vecinos se reúnen y preparan un platillo especial para acompañar al afectado. Asimismo se prepara una planta a la que solo la tribu conoce, con la cual se evita que el enfermo fallezca.

El alimento que todos comerán es preparado por las mujeres. “Se trata de carne asada, a la que se le agrega culantro y mucho chile picante”, explicó Bernardina Martínez, una de las vecinas. Las personas que acompañan al paciente no tienen la autorización de salir al campo ese día, pues de lo contrario el paciente sufrirá otra mordida de serpiente.

“El cacique prohíbe la salida, pues de esta forma la víctima nunca más volverá a sufrir una mordedura”, dijo Martínez. Hasta la fecha, la Secretaría de Salud no ha comunicado alguna acción concreta que se pretenda realizar en favor de la comunidad Pech que lo único que claman es no caer en el olvido.

 

 

LOS TAWAHKAS O SUMOS

 

Los Tawahkas son un grupo indígena que cultural y lingüísticamente pertenecen al grupo étnico de los Misumalpas (Misquito, Sumo, Matagalpa) de origen Macro Chibcha que llegaron a estas tierras procedentes de América del Sur

Los Tawahkas fueron uno de los grupos indígenas más grandes que habitaron Centroamérica durante el periodo Colonial, no obstante en la actualidad constituyen un pequeño grupo formado por aproximadamente 1,500 personas.

El pueblo Tawahka de Honduras es uno de los grupos indígenas más grandes que habitaban Centroamérica durante el periodo Colonial. Su numerosa población se extendía desde el Rio Patuca en Honduras a lo largo de la Sierra Central de Nicaragua hasta el Rio Rama.

Durante la Conquista, los Tawahkas fueron llamados Taguacas por los españoles, quienes les temían y los consideraban personas indomables y agresivas que los atacaban a ellos, a los Lencas y a los Misioneros.

También son llamados popularmente Sumos, sin embargo este término es rechazado por los Tawahkas, ya que la palabra Sumo en lengua Misquita hace referencia a una situación de inferioridad.

A pesar de ser descritos como seres agresivos por los Españoles, los Tawahkas son personas sumisas que durante años han soportado la injerencia e influencia de los Misquitos, llegando al extremo de tener que adaptarse a gran parte de las costumbres Misquitas, pero se han mantenido en la lucha por mantener viva su propia cultura.

El principal medio de subsistencia del pueblo Tawahka es la agricultura, también se dedican a la pesca, la caza, la elaboración de artesanías, la cría de ganado y a la construcción y venta de pipantes (especie de canoa) para navegar.

Ubicación Geográfica del Pueblo Tawahka

 

 

Antiguamente, el pueblo Tawahka de Honduras estaba organizado en 10 tribus llamadas Bawinka, Boah, Ki, Kukra, Panamako, Prinzu, Islam, Tawahka, Ulwa y Yusku, ubicadas en las cercanías del Rio Patuca y Wampú en el departamento de Gracias a Dios hasta el Rio Punta Gorda en Nicaragua.

Actualmente, el pueblo Tawahka habita en la región denominada como El Patuca Medio, una extensa región de 233,00 hectáreas de bosque tropical lluvioso, declarada área protegida con el nombre de Reserva de la Biósfera Tawahka Asangni (RBTA) el 20 de Octubre de 1999 bajo decreto No. 157-99 del Congreso Nacional de Honduras.

La Biosfera Tawahka Asangni está ubicada entre los Departamentos de Olancho Colón y Gracias a Dios y está dividida en 7 comunidades:

·         Parawasito

·         Kosmako

·         Yapuwas

·         Parawas

·         Kamakasna

·         Krautara

·         Krausirpi

Comunidades Tawahkas

Las comunidades Tawahkas son pequeñas y carecen de los servicios básicos. Las actividades de sus habitantes están centradas en la familia y todos los miembros participan activamente en la producción económica familiar.

De las 7 comunidades Tawahkas, las más grandes son Krautara y Krausirpi. Sin embargo, Krausirpi es la principal aldea Tawahka y posee la mayor cantidad de habitantes.

La comunidad de Krausirpi, está ubicada en la margen derecha del Rio Patuca, en la desembocadura del Rio Wampú, fue fundada en 1938 por el último Cacique Tawahka llamado Claudio Cardona.

En el año 1948, la comunidad Tawahka más habitada era Yapuwas, sin embargo ésta fue desolada por una peste que la azotó. La peste y la presión a la fueron sometidos los Tawahkas por las autoridades del departamento de Olancho para que abandonaran el pueblo fueron las causas principales de la drástica reducción de la población Tawahka de Honduras.

 

Krausirpi, es una comunidad Tawahka que comenzó su crecimiento poblacional con la llegada de 3 familias procedentes de Yapuwas, de donde salieron huyendo por la peste, la que se dice era tan mortal que a diario mataba entre 3 y 4 personas y solo se salvaban de morir aquellos que abandonaran el lugar.

La dominación Española y la agresividad de Los Misquitos obligaron a los Tawahkas a abandonar sus comunidades y establecerse en la región central del Departamento de Gracias a Dios.

 

Idioma Tawahka de Honduras

El Tawahka, llamada por ellos “Twanka” es la lengua materna de grupo indígena Tawahka. La lengua Tawahka posee una estructura morfológica y sintáctica muy similar a la lengua Misquita, pero con menos léxico en común. Ambas lenguas pertenecen al grupo lingüístico Macro Chibcha de la región Sudamericana.

Debido a la gran similaridad de estos dos idiomas indígenas, Los indígenas Tawahkas han adoptado también el idioma Misquito, esto los convierte en el único pueblo indígena trilingüe de Honduras ya que hablan el Tawahka, el Misquito y el español.

Ejemplo de palabras o conceptos hídricos en Idioma Tawahka

·         Alwana = trueno

·         Dingwi = empapar, se hunde

·         Ma sait yak = lado del sol

·         Lakun = Laguna

Organización Social y Religión del Pueblo Tawahka de Honduras

El pueblo Tawahka es dirigido por un Consejero de Ancianos, personaje que es muy respetada por todos por ser su máxima autoridad. Legalmente son representados por La Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH) fundada en Septiembre de 1987 y por La Unidad Técnica Asang Launa, fundada en 1994.

El pueblo Tawahka profesa principalmente la Religión Católica, pero con un alto grado de sincretismo con su religión nativa.

Su sistema de culto está basado en las creencias chamanísticas, depositan su fe en los “Sukias” que son hombres o mujeres elegidos por los espíritus para ser los mensajeros del bien y del mal.

Para llegar a ser un Sukia la persona debe superar duras pruebas o sufrimientos, como ser graves enfermedades o soportar la descarga eléctrica de un rayo. Los sobrevivientes son considerados poderosos y aptos para ser un Sukia.

 

 

Pueblo Tawahka de Honduras en la Actualidad

Los Tawahkas, actualmente habitan en las riberas del Rio Patuca, en La Mosquitia Hondureñacomo se le conoce al Departamento de Gracias a Dios, parte de Olancho y la Costa Atlántica de la hermana República de Nicaragua.

El Rio Patuca es su única vía de comunicación y fuente de abastecimiento para desarrollar sus actividades domésticas, agrícolas y pesca.

A la Región habitada por Los Tawahkas se le conoce como Patuca Medio, en la Biosfera Tawahka Asangni, que está situada entre los departamentos de Gracias a Dios, Colón y Olancho y forma parte de la sección hondureña del Corredor Biológico y Cultural Mesoamericano, la segunda reserva de bosque más grande del continente.

La Biosfera Tawahka Asangni es una zona de 233,000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, declarada zona protegida el 21 de Diciembre de 1999, por el Congreso Nacional de Honduras, bajo decreto No. 157-99.

La Biosfera Tawahka Asangni, a pesar de colindar con la Reserva de La Biósfera del Rio Plátano no posee el apoyo legal de la misma, sin embargo desde 1990 se están llevando a cabo estudios para proponerla como nueva Reserva Forestal protegida.

Los Tawahkas o sumos, como también se les denomina son uno de los pueblos indígenas que habitan en las riberas del río Patuca, en el departamento de Gracias a Dios y parte del departamento de Olancho en Honduras y en la Costa Atlántica de Nicaragua. La región que comprende el departamento de Gracias a Dios se conoce como La Mosquitia. Aquí nos referimos a los Tawahkas ubicados en Honduras. Tierra adentro de las Costa de la Mosquitia viven los Tawahkas. La mayoría de ellos reside en la aldea de Krausipe, ubicada en la margen derecha del Patuca (viniendo río arriba desde wampusirpe) y en la desembocadura del río wampu. La única vía de comunicación de esta comunidad es el río Patuca. Los Tawahkas habitan esta región desde el siglo XVII. Aproximadamente.

“los Sumos eran uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el periodo colonial. Se extendían hacia el sur desde el río Patuca en Honduras, a través de la Sierra Central de Nicaragua, hasta el río Rama. Hacia el oeste se extendía dentro del sur de Honduras y en Nicaragua colindaban con los Matagalpa y con el lagua de Nicaragua”. Durante la época colonial, se vieron obligados a replegarse hacia el interior del país, ante la belicosidad e intransigencia de los misquitos o zambos; así fue como se establecieron en la región actual.

Los Tawahkas de Honduras constituyen un grupo pequeño. Histórico y culturalmente son una etnia que han soportado la influencia misquita, si bien han adoptado muchos de sus patrones culturales aún conservan elementos de su propia cultura que los hace distinguirse como pueblo indígena.

Se ubica geográficamente en la región conocida como el Patuca Medio, en la Biosfera Tawahka Asangni, que comprende 233.000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, que fue declarada oficialmente como zona protegida por el Congreso Nacional en diciembre de 1999, formando parte de la sección hondureña del Corredor Biológico y Cultural Mesoamericano, la segunda reserva de bosque más grande del continente, ubicada entre los departamentos de Olancho, Colón y Gracias a Dios, cuya población aproximada es de 1,500 miembros, se distribuye en siete comunidades: Parawasito, Kosmako, Yapuwas, Parawas, Kamakasana, Krautara y Krausirpe.

El Pueblo Tawahka, cultural y lingüísticamente, es un subgrupo perteneciente a los MISUMALPAS (Miskitu, Sumo, Matagalpa) de origen Macro chibcha, quienes en el pasado provinieron del sur del continente.

Actualmente se puede considerar que los Tawahka son el pueblo que por su ubicación se encuentran más alejados y de más difícil acceso desde la capital de la República, pues, su hábitat funcional se ve rodeado de bosque tropical lluvioso, lo que imposibilita contar con una infraestructura carretera que lo comunique fácilmente con el resto del país.

Biosfera Tawahka Asangni (BTA)

Localizada en el corazón del Corredor Biológico Mesoamericano, entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios, con decreto de creación No 157-99, con una extensión de 233,142 hectáreas, en donde se localizan las comunidades Tawahkas y varias localidades no indígenas que están caracterizadas como asentamientos de colonizadores agrícolas, que tienen hasta la fecha una área depredada que se estima en 36,174 hectáreas que representa el 15% de la Biosfera, destinada en 67% aproximadamente en pastos para ganado mayor y para cultivo de granos básicos.

Específicamente la BTA está ubicada entre los municipios de Dulce Nombre de Culmi, Dpto. de Olancho y Wampusirpi, en el Dpto. de Gracias A Dios, por lo que en sus colindancias se registran comunidades Misquitas y Mestizas, estas últimas conformadas recientemente por corrientes migratorias que están entrando a la zona en busca de tierras “libres” o de bajo costo para el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas, en la mayoría de los casos estas familias las encabezan personas que están huyendo de la justicia hondureña por delitos cometidos, por lo que la biosfera les sirve de escondite representando para las comunidades Tawahkas y misquitas un peligro inminente a su seguridad física.

 

Se puede acceder a su territorio únicamente por dos vías:

a.- Fluvial. Por el sur, desde el sitio de Puncaya, Nueva Palestina, municipio de Froilán Turcios, departamento de Olancho y por el norte desde la desembocadura del Río Patuca, en el departamento de Gracias a Dios, para lo cual se deben ocupar de tres a cuatro días de trayecto en embarcación con motor fuera de borda.

b.- Aérea. Desde Wampusirpe, Gracias a Dios, hasta donde se puede llegar desde las comunidades Tawahka por vía fluvial tras cuatro a seis horas río abajo aproximadamente en embarcación con motor fuera de borda.

Es el único de los 9 Pueblos Indígenas y Negros que tiene la característica de ser prácticamente trilingüe, pues sus miembros hablan Tawahka, Miskitu y español, (algunos ancianos hablan además el Pech)

Su universo cultural se fundamenta en la solidaridad entre sus miembros, estrecha relación y equilibrio con la naturaleza; por lo cual se les considera como uno de los Pueblos Indígenas de América capaz de conocer el uso del 75% de las plantas de su entorno natural.

Su territorio los últimos años ha sido amenazado por el segmento poblacional no indígena (colonos) quienes están ingresando a su territorio generalmente por la zona de Olancho y la frontera de Nicaragua, ejerciendo prácticas de agricultura migratoria y ganadería extensiva; causando severos daños al medio ambiente de la zona, a este proceso se le conoce como fronteras de colonización.

Una de sus actividades productivas principales son: la agricultura de subsistencia, basada en el cultivo de yuca y otros tubérculos, plátanos (10 especies), maíz, fríjol, arroz y cacao; pesca, caza, elaboración de productos artesanales, construcción de cayucos, cría de ganado (vacuno y porcino) en menor escala.

Aunque no existen hasta la fecha recientes estudios económicos, se estima que una familia tawahka promedio no alcanza a percibir el 30% del salario mínimo nacional.

Sus comunidades carecen de los servicios básicos y cuentan tan sólo con un Centro de Salud en el que, sin embargo, faltan los más elementales recursos y que es atendido intermitentemente por una enfermera y por médicos de las brigadas voluntarias cubanas, los padecimiento más comunes y mayores causantes de enfermedades y mortalidad son la malaria, las diarreas y las infecciones respiratorias y de la piel.

El aislamiento en que se encuentran de alguna forma ha favorecido la preservación de su cultura, sus saberes, tradiciones, cosmovisión y lengua; vale señalar que con la cooperación española, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, se realizó un esfuerzo orientado a formar a más de una docena de jóvenes hombres y mujeres tawahka que garantizaran la preservación de este patrimonio cultural intangible y lingüístico a través del Proyecto de Educación Bilingüe e Intercultural Tawahka–PEBIT-, no obstante aún no se cumple el Convenio celebrado entre estos y la Secretaría de Educación, relacionado con la ampliación de plazas de maestros para cubrir la necesidad de las escuelas de las comunidades, lo que posibilitaría el mejoramiento académico de niños y jóvenes.

Organizativamente, en lo social, los Tawahka son dirigidos por un Consejo de Ancianos, considerados autoridad máxima, y por la Federación Indígena Tawahka de Honduras–FITH- quien tiene la representación política. Cuentan además, con una Unidad técnica denominada ASANG LAUNA, quienes se encargan de gestionar y encausar el futuro de este Pueblo Indígena milenario, para mejorar las condiciones de pobreza extrema, y que se enfrenta al reto de mejorar sus condiciones de vida, de aprovechar y manejar adecuadamente las riquezas que les ofrece su entorno ecológico y de conservarse como pueblo lingüística y culturalmente diferenciado. Aunque reducidos a pequeños poblados, conservan su lengua, su cultura, y una posición estratégica en uno de los bosques tropicales más importantes de Centroamérica, del que han sido sus habitantes originarios.

Krausirpe y Krautara son las aldeas Tawahkas más grandes localizadas sobre los márgenes del rio Patuca. Aunque los Tawahkas habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal aldea Tawahka, fue fundada en 1938 por el ultimo cacique Tawahka (Claudio Cardona) hasta 1948, el principal asentamiento Tawahka era Yapuwas, caserío que abandonaron debido a una peste que azoto y diezmo la población sumando las presiones ejercidas por las autoridades del departamento de Olancho. Se cree que el éxodo de los Tawahkas radicados actualmente en Krausirpi lo iniciaron en forma paulatina, tres familias.

La peste que azoto yapuwas, según los relatos Tawahkas era un extraño mal que mataba de tres a cuatro nativos diariamente, salvándose aquellas personas que abandonaron el lugar.

Los Tawahkas tienen una particularidad que consiste en ayudarse mutuamente tanto en la siembra como en la cosecha, también en la construcción de sus viviendas donde utilizan la madera rustica, el bambú hendido en las paredes y el piso y en el techo riegan hojas sueltas, las casas se levantan sobre polines de dos a tres pies de alto, generalmente la vivienda no tiene división interna.

En algunos casos, sobre todo durante la época seca, se construyen pequeñas cocinas o se improvisan fogones en el patio. En muchos casos, las construcciones son de madera rolliza amarrada con bejucos.

La distribución de las casas se hace sin seguir los requerimientos aconsejables, por lo que los poblados se presentan desordenados.

Cada quien construye su casa en el lugar que le parece. La iglesia y la escuela sobresalen por ubicarse en lugares estratégicos de las aldeas. Su vida cotidiana está vinculada con la tierra y su principal actividad económica está en la agricultura, siembra ayote, caña de azúcar, frijoles y maíz. Otra actividad que practican los Tawahkas es el trueque por productos como madera, cacao, animales, (pueden ser cerdos, gallinas entre otros). Esta etnia también ha cambiado drásticamente sus costumbres al emigrar de las montañas a la ciudad y van perdiendo sus tradiciones

 

Vocabulario

Grupo humano: Tawahkas o Sumos

Región: wampusipe, Krausipe, Krautara, Yapuhuas.

Rio Patuca, Mosquitia Honduras, Gracias a Dios.

 

 

SUMO
ESPAÑOL
Múij
Gente
Hualabis
Muchacho
Huirrá
Hermano
Paraste
Adios
Ca
Caminar
Dacanin
Oír
Sap
Frente
Bile
Faja
Tab
Oreja
Sup
Jabón
Bascús
Peine
Bisin
Tasa
Sácara
Gallina
Pusi
Gato
Alcum
Pato
Maoaj
Tigre
Ulu
Oropéndola
Suul
Perro
Bil
Víbora
Turuj
Vaca
Úu
Casa
Pann
Árbol
Ahuas
Ocote
Huann
Ceniza
Qui
Hacha
Am
Maíz
A’rracbis
Escopeta
Duttnin
Tener
Suttnin
Saltar

 

Salud


La situación de la salud es crítica. Esto puede ser otra de las causas por las cuales este grupo cada vez es más reducido. Las difíciles condiciones de vida que caracterizan la región hacen casi imposible que médicos y personal especializado se establezcan en la zona. Entre las enfermedades que más afectan a las comunidades se encuentran diarreas, malaria, gripe rasquiña, angina, estreptocócica, fiebres reumáticas, anemia y desnutrición.

En tiempos de la guerra contra-sandinista (la mayor parte de la década de los años 80) en Wampusirpe se instaló un campamento de asistencia medica de la Cruz Roja para los refugiados, ubicados en asentamientos a lo largo del rio Patuca. Además, recibían atención médica de brigadas de la Iglesia Morava, que tenía la sede en Pimienta.

Con la finalización de la guerra y el retorno de los refugiados a Nicaragua, estas atenciones terminaron al retirarse los organismos internacionales.

Los tratamientos médicos los hace la misma gente en base a medicina tradicional. Los casos graves son atendidos por curanderos, quienes conocen bien la medicina natural. Además, muchos pobladores recurren a los llamados zukias (brujos y brujas), quienes recetan brebajes extraídos de hierbas o raíces; solo cuando los casos se complican es que la gente transporta los enfermos a Wampusirpe en busca de los servicios médicos de la enfermera local, quien se queja de que la gente acude cuando las dolencias se encuentran en estado avanzado.

En las comunidades tawahkas, ningún organismo trabaja en el sector salud. Tampoco existen centros médicos que atiendan las necesidades de las comunidades. En Wanpusirpe solo existe el local que dejo la Cruz Roja, sin médico y sin los implementos y medicamentos necesarios.

Los datos que recabamos en este estudio nos dan indicios alarmantes, ya que el promedio de vida está entre 38 años para los hombres y 43 para las mujeres. Dé cada 5 niños que nacen, tres mueren antes de cumplir los siete años y la mayoría muere de enfermedades fáciles de prevenir, si se observan las normas mínimas de higiene. La desnutrición es alta, llegando al alarmante porcentaje del 92%. Se atribuye, principalmente, a la mala alimentación y a las duras condiciones de vida en la región. Además de lo anterior, son muchas las mujeres que mueren de parto

Cultura y Tradición

Los Tawahkas muestran un alto grado de penetración cultural misquita. Durante el siglo XIX estuvieron a punto de extinguirse debido al reducido número de mujeres Tawahkas por razones aún no determinadas y a que sus varones no deseaban unirse con las mujeres misquitas. Ocurre lo contrario con los misquitos quienes sin problema alguno deciden juntarse con las Tawahkas.

Una muestra de influencia misquita es una de las bebidas más tomadas por los Tawahkas; el guabul, bebida elaborada de puré de plátano maduro disuelto en agua o leche y puesto a hervir. Además de estas elaboran vinos de varias especies de palmas y de caña de azúcar; del arroz y del maíz preparan bebidas embriagantes como la chicha. De la palma llamada supa consumen el fruto cocido y el tronco les sirve para construir arcos y flechas (igual que los misquitos). Consumen contrario a los misquitos, en menor medida ajo, cebolla, café, y té de varias hiervas.

El ganado mayor se vende localmente, se destaza o se lleva a vender a Wampusirpe (comunidad mayoritariamente misquita); durante el verano, cuando baja el nivel del rio, las reses son conducidas por las riberas de la Patuca. El viaje a pie puede durar de tres a cuatro días. La posesión de ganado es un indicador de riqueza; otra forma de riqueza es la posesión de cerdos, pero poca gente se dedica a criarlos.

La indumentaria es típica campesina, tanto en los hombres como en las mujeres. En épocas recientes, las mujeres tawahkas usaban refajo, un lienzo listado y de vivos colores, lo suficientemente ancho como para dar varias vueltas a la cintura y, tan largo, que llegaba a la cintura; también usaban un forro de manta. El busto lo llevaba al descubierto pero, a veces, usaban una camisa manga corta y escotada.

En la actualidad, los niños andan desnudos. El taparrabo estaba hecho de tuno y los usaban indistintamente los varones y las niñas, además de algunos ancianos.

Entre los tawahkas existía una especie de rito en el que, para determinados acontecimientos, se pintaban la cara de acuerdo con las circunstancias: viajar, sembrar, etc. Además, se pintaban las piernas y brazos con una sustancia resinosa que los protegía de los insectos.

Esta práctica se usó hasta principios de los años setenta. Después prefirieron usar de los productos que se obtienen en las farmacias.

 

 

Educación

El 96% de los pobladores son analfabetos y unos 387 niños se encuentran en edad escolar. El analfabetismo entre las mujeres es mayor y alcanza un 100%. Aunque existen dos escuelas, una en Krausirpe y la otra en Krautara, solo la escuela de Krausirpe funciona con regularidad. El promedio de días lectivos en el año es de aproximadamente 103. La escuela se encuentra cerrada la mayor parte del año. Muchos de los niños en edad escolar no asisten a la escuela por las largas distancias que separan las comunidades, las cuales solo pueden recorrerse por medio de pipantes.

En Krautara, la comunidad dispone de un maestro nombrado quien, después de cinco meses de haber comenzado el año lectivo (1991), aún no se había presentado a la comunidad. Otro aspecto importante es que la escuela de Krausirpe, aunque cuenta con un edificio en regulares condiciones, un solo maestro atiende tres grados y solo un 3% de los niños puede continuar sus estudios hasta sexto grado o educación básica en Wampusirpe (comunidad misquita). La mayoría de los niños, después de haber terminado su tercer año de primaria, aún no saben leer ni escribir y, los que logran aprender, después de algunos años son nuevamente analfabetos por falta de práctica.

La ancianidad entre Tawahkas de ninguna manera implica soledad y desocupación.

Las personas de avanzada edad siguen dedicándose a sus labores cotidianas en la medida que sus fuerzas lo permitan. La anciana Tawahka tiene a su cargo la educación de los niños pequeños y ciertas labores domésticas. Como la preparación parcial de alimentos y algunos trabajos artesanales. Los hombres ancianos ocupan en la jerarquía civil y religiosa del grupo un puesto que deben a su experiencia y sabiduría.

Son respetados y escuchados. Se disfruta de su compañía y se les pide consejos.

Cuando un tawahka siente que las fuerzas lo abandonan y que resulta una carga para su familia, se deja morir.

Muerte

Cuando un Tawahka muere, el cuerpo es llevado al cementerio con los pies hacia adelante, el zukia o rezador dirige sus oraciones al difunto y antiguamente, el zukia debía capturar el alma del difunto y conducir la hacía su última morada; de lo contrario el alma erraba sin destino causando mucho perjuicio a los pobladores. Para lograrlo se ponía a bailar alrededor de un insecto y lo acercaba al muerto, invitando al alma a penetrar en el cuerpo del animal. El zukia colocaba el insecto en un recipiente y lo liberaba luego en la proximidad de la tumba, para que el alma pudiera entonces pasar el animal al cadáver.

La pobreza Tawahka

La extrema pobreza de la comunidad Tawahka se refleja en los niños donde la falta de centros educativos y la asistencia social del estado no llega a estas regiones olvidadas casi por todos los gobernantes.

En la región no se hablan dialectos derivados de la lengua Tawahka. En Honduras habitan aproximadamente entre 800 y 1000 individuos. Prácticamente está desapareciendo. Existen 7 poblaciones Tawahkas que se caracterizan por albergar hasta el 95% de la misma familia. Muestran marcadas tendencias comunitarias, viven en miserables condiciones sociales desprovistos de todos los servicios básicos; se transportan en pipantes (canoas) sus viviendas son rusticas, utilizando bambú levantadas sobre polines, sin divisiones internas.

El Aspecto Socio-Económico

Los tawahkas están estrechamente vinculados a la tierra. La principal actividad económica que realizan es la agricultura de subsistencia. Esta actividad está orientada al autoconsumo y para realizarla utiliza tecnología tradicional. La dieta es complementada con la caza, la pesca y la recolección de frutos estacionales. Toda la población se dedica al renglón económico de la agricultura, incluyendo las mujeres y los niños. Los tawahkas cultivan plátanos, malanga, guineo (banano), camote, yuca amarga y dulce, caña de azúcar, ayote, frijoles, café. Todos estos productos son cultivados en pequeña escala para el consumo familiar.

Las aldeas tawahkas están rodeadas por cientos de hectáreas de tierra libre en condición de tierra nacional, sin embargo, ellos consideran que su propiedad comunal se extiende a unas 77 hectáreas hacia el noroeste. Esta área está localizada sobre la intersección de los departamentos de Gracias a Dios, Olancho y Colon.

De la totalidad del are explotada para cualquier tipo de actividad de subsistencia, solamente unas 37 Km., o sea el 4.8% del área total, están bajo alguna forma de uso agrícola, incluyendo las parcelas en donde se cultivan granos básicos, tubérculos y frutas, o que están en descanso (guamil).

La mayor parte de las tierras utilizadas por los tawahkas, un 95% del área, sirve para actividades de caza, pesca o extracción de materiales de construcción. Esta zona de subsistencia incluye aproximadamente 77,000 hectáreas, en las dos categorías: agrícola y uso extensivo.

Nunca ha existido un sistema de producción y mercadeo a gran escala. Por ello es que estas comunidades no pueden competir en el mercado productivo. Ecológicamente desempeñan una excelente función dentro de su medio. El “shifting cultivation” es un sistema que han sabido utilizar, lo que los convierte en un pueblo cuidadoso de su medio. Sus técnicas de cultivo, aunque parecen muy primitivas, son capaces de producir la alimentación necesaria para la población, además de un exiguo excedente. Además, tienen la capacidad de aprovechar el ecosistema sin dañarlo.

Recientemente, el demógrafo norteamericano Peter H. Herlihy, colaborador de MOPAWI y del Instituto Hondureño de Antropología e Historia IHAH), realizo la delimitación de la zona que históricamente pertenece a los tawahkas. La finalidad del estudio es garantizar que las tierras les sean devueltas legalmente. En parte de estas tierras, principalmente cerca de las riberas del rio Patuca, los tawahkas tienen sus parcelas agrícolas.

La producción global de granos básicos en el último año (1990), que no se destina al consumo de personas y animales, se calcula en 20 cargas (40 quintales9 de fríjol y 100 quintales de arroz. Los mismos tawahkas hablan de un fuerte decaimiento de la producción. En la mayoría de las comunidades visitadas, los habitantes plantearon el problema de la escasez de semilla, en el sentido de que por la falta de lluvia, en 1990, muchas de las siembras se arruinaron. Este año, son pocos los que van a sembrar, lo que procurar la carestía de productos el próximo año.

El trabajo agrícola lo realizan en los “trabajaderos”, por lo general, a la orilla del rio. Algunas veces frente a las aldeas y otras rio arriba. En algunas ocasiones, los trabajaderos se encuentran a varios kilómetros de distancia de los poblados.

Entre otras cosas, las mujeres, al igual que los hombres, trabajan en la siembra, la limpieza y la cosecha de los diversos productos. Parte de la cosecha es vendida, a bajo precio, a los comerciantes misquitos y a los intermediarios ladinos (coyotes) que llegan hasta las comunidades.

La región tawahka no cuenta con vías de comunicación efectivas. El único medio de comunicación es el pipante. No hay pistas de aterrizaje, ni tampoco una radio. Son comunidades aisladas, que solo disponen de tres pipantes con motor, los que no siempre son usados pues, la mayor parte del año, no disponen de combustible.

Los tawahkas tienen que viajar hasta Culmi (siete días por rio y a pie) para comercializar sus productos, donde los truecan por sal, zapatos, ropa o los venden para comprar dichos artículos. No existe una forma de comercio justo; los tawahkas no conocen el verdadero precio de los productos.

Las causas que aíslan a los tawahkas del resto del país son: la falta de carreteras u otro medio económico que comunique sus poblaciones con el resto del departamento y del país. La única vía de comunicación es el rio. En toda la región tawahka no hay vías de comunicación terrestre que enlace una comunidad con otra.

En época de verano, la comunicación fluvial se interrumpe porque hay partes del rio que no son profundas y obstaculizan la navegación.

En lo que respecta a la tenencia de la tierra, cada persona o familia puede escoger la parcela que desee trabajar sin ser molestado por el vecino pues, según su visión del mundo, se considera que la “tierra es para el que la trabaja”. En todas las formas de trabajo, ya sea productivo o de construcción (viviendas), se da el fenómeno conocido como “mano vuelta”, que consiste en ayudarse mutuamente en la siembra y cosecha de los productos. Asimismo, al nuevo poblador de la aldea que es aceptado por los habitantes, recibe ayuda de estos. En otros tiempos, cuando la escasez era menor, a los nuevos pobladores les regalaban semillas, cepa de plátano, guineos, madera de yuca, etc., para realizar su siembra.

Las parcelas sembradas les permite contar con una (en los últimos años reducida) cosecha para su alimentación y el excedente, que ahora es poco, es destinado a la venta o al trueque.

En los años 30, muchos tawahkas realizaban actividades asalariadas en plantaciones de banano, no muy lejos de sus comunidades. Fueron los alemanes quienes tuvieron plantaciones bananeras en las vegas del rio Patuca. La sede de la Compañía, cuyo nombre no se pudo obtener, estaba en Brus-Laguna y el encargado radicaba en Brabilia (Boca de Carrizal). Esto duro hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial. De estas plantaciones de banano solo han quedado algunas matas en el monte, a orillas del rio Patuca.

La caza la realizan a nivel de subsistencia. Numerosas especies de animales salvajes se encuentran en las cercanías de las aldeas, los que son cazados con arco y flecha, arpón, trampas, rejones, rifles y escopetas. También se capturan pavos y loros, los cuales se destinan a la venta, cuando algún visitante los requiere.

La pesca la practican en ríos, canales y manantiales aledaños al Patuca. Capturan peces, tortugas, camarones y cangrejos, utilizando anzuelos, arpones y atarrayas hechas de bejucos y hierbas adormecedoras (pate). Esta última práctica ya no se realiza abiertamente porque es prohibida por la ley.

En los meses de verano, diariamente, las mujeres y los niños pescan con anzuelo. Recorren los canales y los ríos en pipante, colocan una vasija conteniendo hierbas o resina encendida en medio de la embarcación o en sus extremos –proa y popa- para ahuyentar a los mosquitos. En cada pipante (generalmente, cada familia posee uno) van dos o tres mujeres, quienes regresan a sus casas a realizar otras labores domésticas, después de pescar lo suficiente para el consumo diario.

En otros tiempos, “cuando todo era abundante”, la pesca de tortugas, cangrejos, lagartos, etc., corría a cargo de los hombres, ya que para ello se necesita introducirse en las pozas y meter las manos o pies en las cuevas y balseras. Es difícil integrar a la gente a un proceso productivo de pesca, pues en los últimos años el rio Patuca, que es la única fuente, ha disminuido su potencial de especies.

Por otra parte, los tawahkas crían cerdos, gallinas, jolotes, patos y ganado vacuno en pequeña escala.

Algunos tawahkas (hombres) se dedican al lavado de oro en las quebradas y riachuelos aledaños a la desembocadura de los ríos Wasparasni, Pao, Lagarto y otros.

En la región de la Patuca, en el departamento de Olancho, funcionan empresas de capital norteamericano, por lo general no identificadas. Estas empresas se dedican a la explotación aurífera; labor en la que ocupan unos 15 trabajadores permanentes, incluyendo motoristas, operarios de bombas seccionadoras de arena, con las que se explora el fondo del rio.

Los misquitos y tawahkas que trabajan con estas empresas reciben un salario diario de 8 lempiras. El horario es de las 7 a.m. a los 12 meridianos y de las 2 a las 5 de la tarde.

El trabajo consiste en destapar el succionado cuando se obstruye, para lo cual los buceadores, desprovistos de tanques de oxígeno, se sumergen hasta una profundidad de doce metros.

En algunos lugares, el oro se encuentra fácilmente y en cantidades considerables. Según un joven tawahka durante quince días de lavado saco más de dos onzas, en uno de los caños ubicados rio arriba.

Por su parte, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica ha realizado mediciones del potencial hidroeléctrico del rio Patuca, mediante aparatos especiales instalados en las cercanías de la aldea de Kurpa.

La extracción del látex se efectúa durante seis meses (de junio a diciembre), los tawahkas y algunos misquitos se dedican a picar chicle (extraer el látex) en las selvas cercanas a las márgenes del Patuca y montañas de Olancho. En la actualidad, esta actividad no es rentable, pues no hay compradores.

Alimentación

La dieta alimenticia de los Tawahkas está constituida por arroz, guineos, plátanos y yuca; en algunos casos, carne de pescado, tortugas, huevos de gallina, cangrejos, animales de monte (venado, jagüilla, quequeos y danto o tapir) y, en menor proporción, carne de cerno y carne de res.

La influencia misquita en la alimentación se manifiesta con el guabul, bebida preparada con plátano, chato o guineo maduro o verde cocido, que luego machacan en calderos de hierro; luego, a la masa le agregan leche de coco, de vaca o agua y azúcar, según las posibilidades familiares. Esta bebida la consumen durante los tres tiempos de comida. También hacen guabul de una fruta llamada mazapán y de pejivalle. También consumen pejivalle o sopa cocida y preparan bunya, que es un plato hecho con yuca cocida, machacada, que dejan fermentar por espacio de varios días, luego se envuelve en hojas de plátano o bijao para su conservación. El sasal lo preparan con yuca rayada, que envuelven en hojas de bijao o platino para conservarla; de esta masa preparan tortillas, según se presenta la necesidad. La chicha es otra bebida típica muy consumida por los Tawahkas; para su elaboración utilizan diversos productos.

El Aspecto Organizativo

Los tawahkas no tienen una organización política centralizada como grupo. En 1987 se constituyó la Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH), con apoyo de CAHDEA y de MOPAWI. En la actualidad, la FITH es el único organismo existente en la comunidad que persigue agrupar, representar y defender los intereses de este pueblo indígena. A pesar que, desde 1987 recibieron ayuda organizativa y financiera por parte de CAHDEA, MOPAWI y, recientemente, de organismos como la CCD, aun no logran superar sus limitaciones: aislamiento, la incapacidad de los dirigentes de salir adelante con sus proyectos, la falta de personal capacitado dentro de sus miembros, etc. Estas circunstancias imposibilitan formular, planificar y presentar proyectos e informes a los organismos nacionales e internacionales de desarrollo. Los propios indígenas conocen las deficiencias de su organización: “Una de las prioridades principales que muchos de nosotros vemos de mucha importancia, es la capacitación de nuestros representantes.

Muchos rasgos originales de la cultura tawahka ya no existen y su legado material y espiritual del pasado, que expresa el desarrollo social alcanzado, ya no existe integro (si se toma en consideración a los tawahkas en su totalidad: los de Honduras y de Nicaragua). En el caso de Honduras, el inventario de rasgos culturales originales resulta exiguo y, por tanto, poco definidor en su identidad.

 

Su Problema y Estratificación Social y Tenencia de la Tierra

Puede afirmarse que, en términos generales, entre los tawahkas no existe una estratificación y diferenciación social. Ellos conservan inalterables los sentimientos solidarios e igualitarios. Quizá la influencia externa a la que han sido sometidos revele alguna diferenciación social, pero en la práctica son bastante solidarios. Entre los tawahkas los lazos familiares son muy extensos. En Krautara, por ejemplo, un 90% de la comunidad está emparentada.

Conservan inalterables las formas tradicionales del matrimonio. Los padres determinan el futuro de sus hijos, mediante el acuerdo verbal entre los padres cuando los hijos están aún en la niñez o en la adolescencia. En tal sentido, entre las familias ocurre un acercamiento natural y una serie de condiciones que posibilitan la prematura aspiración familiar. Llegado el momento de la unión conyugal, se efectúan los preparativos, desarrollándose una simple ceremonia de entrega, acompañada de consumo de chicha y de una comida tradicional, conocida entre ellos como “comilona”.

Sin embargo, en casos excepcionales, se practica el matrimonio civil, el que acostumbran muy poco, quizá por las dificultades que el mismo implica: oneroso traslado a la cabecera municipal de Brus Laguna, de 8 a 10 días en pipante por el rio, más las inclemencias de la naturaleza. En fin, ellos prefieren sus hábitos tradicionales de desposamiento.

El recurso más importante para la supervivencia de los tawahkas es la tierra donde viven y el bosque que la puebla.

El territorio tawahka fue declarado como reserva ecológica (Biosfera de Rio Plátano) y los indígenas han sabido convivir con su medio.

El problema que se presenta es el de la migración campesina hacia esa zona, ya que estos grupos mantienen costumbres incompatibles con la naturaleza de la zona, las que acarrearan consecuencias desastrosas para el medio ambiente.

Cientos de hectáreas de tierras, a uno y otro lado del rio, se encuentran libres en calidad de tierra nacional, pero los tawahkas consideran que su propiedad comunal se extiende unas 14 caballerías hacia el norte y, tradicionalmente, han tenido la libertad de escoger la parcela de tierra que desean cultivar, sin ningún obstáculo”.

Por otra parte, quiérase o no, por la influencia foránea, a la que no han podido oponer resistencia, poco a poco, las comunidades experimentan una transformación hacia una economía campesina. En otras palabras, están pasando de una economía autárquica y comunal a una economía de carácter individual, cuya unidad productiva la constituye la familia nuclear. Este es un proceso largo, no se ha dado de golpe.

En términos jurídicos, el tipo de tenencia no está del todo definido; pero en términos geográficos ya se ha logrado una demarcación. La región se caracteriza por carecer de ceros limítrofes. Algunos campesinos ladinos han cercado tierras que, según ellos, “les pertenecen”, lo que ha valido para que el INA asuma el problema con preocupación.

Orientación Productiva

El cacao, la madera y la extracción de oro son sus fuentes principales de ingresos. Para algunos, el ingreso anual es de 600 lempiras, si se dedican a vender madera y cacao. Por otra parte, cuando se necesita del azúcar y la manteca, se recurre al trueque por productos como madera, cacao e, incluso, pájaros (loras y pericos).

Algunos indígenas se quejaban del escaso rendimiento (en los últimos años) de la producción de cacao y maíz por la falta de fertilizantes, las plagas y los fenómenos naturales.

El uso de la tierra varía según las necesidades. Acostumbran sembrar granos básicos: arroz, frijoles, leguminosas, tubérculos, etc.

El área de cultivo es variable y depende de sus necesidades y de su voluntad de trabajar. Además, depende del número de miembros de una familia.

El volumen de producción es bajo; generalmente, solo producen para el consumo y, si hay un excedente, se vende a comerciantes intermediarios. Según conocedores, las tierras en que se localiza este grupo son de vocación agrícola y forestal; debida a la alta pluviosidad, su rendimiento es óptimo y se podrían lograr tres cosechas por año.

El pequeño productor tawahka, es aquel que produce un excedente de producción comercializable de café, maíz, frijoles o arroz, pero nunca maneja grandes cantidades y su vinculación con las empresas agro exportadoras no es directa, ya que no tiene capacidad para transportar sus productos.

El tawahka solo trabaja o cultiva para su subsistencia y, por su poca capacidad productiva, se ve obligado a jornalear para el ladino, para el terrateniente ladino y para el indio (por lo general, misquitos) pequeño productor; gana salarios irrisorios y su trabajo e eventual.

Otros Datos De Los Tawahkas

Los Tawahkas son la etnia más pequeña de Centroamérica con apenas 805 personas, viven en condiciones de extrema pobreza, conviven en un entorno ecológico de bosque tropical húmedo que es el de mayor biodiversidad de la región y se encuentran amenazadas como etnia por el avance de los ladinos a través de distintas fuentes de colonización y por las relaciones Inter. Étnicas desiguales con los misquitos, que son el grupo dominante en la zona.

Después de haber sido en tiempos pasados el grupo indígena más numerosos y extendido de la zona, el pueblo Tawahka se ha visto redujo en pequeños poblados. No obstante, conservan su lengua, su cultura y una posición estratégica en uno de los bosques tropicales más importantes de Centroamérica.

La reserva de la biosfera Tawahka Asangri comprenderá 233,000 hectáreas de bosque tropical en el centro del cual se encuentran las comunidades Tawahkas, que recibirán de parte del estado la responsabilidad de su cuidado y manejo. El proyecto de decreto para la creación de esta reserva se encuentra para su aprobación en el Congreso Nacional de Honduras.

En la actualidad, lo que se haya en juego por tanto, es la supervivencia de los Tawahkas como pueblo, de su lengua, de sus modelos de vida, de su saber tradicional, de sus cosmovisiones y del entorno ecológico en el que han convivido históricamente.

Poblados Tawahkas

En la parte de Honduras, existen de 800 a 1000 Tawahkas, aunque es imposible precisar un numero exactos pues desde 1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades indígenas del país. Los datos que presentamos son aproximados. En total estimamos que su número (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000 aproximadamente. Sin embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo en Honduras son: Krausirpe, Krautora, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasni y Santa Martha, albergan 704 personas, distribuidas de la siguiente manera.

 

Pueblo
No de casas de población
Krausirpe
58,390
Krautara
10,110
Dimikian
440
Yapuwas
632
Kamakasna
557
Wasparasni
210
Santa Martha
865
Total
93,704

 

Los poblados Tawahkas son materialmente pobres; desprovistos de servicios públicos y rodeados por extensas zonas selváticas. La única forma de comunicación es por medio de pipantes (una especie de canoa), los viajes en pipantes pueden durar de tres a cuatro días, para poder comunicarse con Ahuas y Barra Patuca.

Mito sobre el origen de los sumos o Tawahkas

Entre el Río Patuca y el Río Coco está una montaña llamada Kaunapa, donde se encuentran rocas que llevan dibujos de cordones umbilicales humanos. Allá nacieron los indios en tiempos antiguos, allá está el origen del pueblo.

Había un Gran Padre llamado por los sumos Maisahna, que quiere decir que nos ha rajado o parido; y una Gan Madre llamada Ituana. Dicen que esta última es la misma que Itoki, así llamada por los Tawahkas, que significa madre alacrán. De esta pareja nacieron los Tawahkas, los Misquitos y los Yusku, que vivieron en los ríos Prinzapolka y bambina. Pero los yusku acabaron por ser perversos, cometiendo impudicias; y por eso los sumos les hicieron guerra y los mataron, con excepción de un pequeño resto que ahora vive, como dicen en alguna parte cerca de los españoles, por donde nace el río Wanki o Coco. Los sumos vivieron a lo largo de los ríos y en la montaña; eran muy salvajes hasta que el rey Mosco se enteró de ellos. Envió a buscarlos y los apresó. Llevaban el pelo largo, hasta las rodillas, y tenían muchos piojos. El rey los lavaba con jabón y así se encariñó con ellos y los guardó consigo.

Los Tawahkas: El pueblo Indí­gena Hondureño más pequeño, casi en desaparición

 

 
Típica familia tawahka

 

Son trilingües, ya que hablan el tawahka (su lengua materna), el misquito y el español. Habitan la zona del río Patuca Medio, entre los departamento de Olancho y Gracias a Dios. Constituyen el pueblo indígena hondureño más pequeño, actualmente son cerca de 1600 pobladores autóctonos que habitan las comunidades de Krausirpi, Krautara, Krauquira, Yapuwas, Kamakasma, Parawas, Parawasito y Kungkungwas. .

La mayoría de ellos viven en la aldea más grande Krausirpi, ubicada en la margen del río Patuca y en el corazón de la Reserva de la Biosfera Tawahka Asagni. Conservan elementos de su propia cultura que los hace distinguirse como pueblo indígena. Entre estos elementos se encuentra la lengua, sus relaciones sociales y sus características de producción y de mutua solidaridad. El primer contacto que tuvieron con los españoles fue en el año de 1604.

 
 
 
 
 

Eran uno de los grupos indígenas más extensos de Centroamérica durante el periodo colonial, desde el río Patuca en Honduras, a través de la sierra central de Nicaragua, hasta el río Rama en el vecino país. Fueron el grupo dominante en esta zona por lo menos cuatro siglos. Tienen parentesco cercano con los misquitos.

Hay muchos rasgos socioculturales que los asemejan y la lengua es uno de esos elementos.. Aunque los Tawahkas habitan esta zona desde hace ya varios siglos, Krausirpi, la principal aldea Tawahka, fue fundada en 1938 por el último cacique Tawahka (Claudio Cardona).

Hasta 1948, el principal asentamiento Tawahka era Yapuwas, caserío que abandonaron debido a una peste que diezmó la población sumado a las presiones ejercidas por autoridades y grupos de poder de aquel entonces en Olancho.
 

LA LUCHA DEL PUEBLO TAWAHKA
 

Lorenzo Tinglas Maldin, presidente de la Federación Indígena Tawahka de Honduras (FITH) explica que la misma fue organizada el 21 de septiembre de 1987, en la comunidad de Krausirpi, Es la primera organización política de los Tawahkas, y asume la representación política de este pueblo indígena. Sus principales objetivos son desarrollar la conciencia cultural y fortalecer la unidad de los miembros del pueblo Tawahka y consolidar los lazos de hermandad con los otros grupos étnicos -pueblos indígenas del país.

Luchar para que se haga efectivo el artículo 346 de la Constitución de la República (Decreto No 131 de la Asamblea Nacional Constituyente) que literalmente dice: “Es deber del Estado dictar medidas de protección de los derechos e intereses de las comunidades indígenas existentes en el país, especialmente de las tierras y bosques donde estuvieren asentados”.


Otros objetivos por los que lucha esta organización son: bogar por la protección y desarrollo de los grupos étnicos – pueblos autóctonos y por la creación de entidades nacionales en las que tengan representación directa. Asegurar el espacio (tierra y demás recursos naturales) que históricamente pertenecen al pueblo Tawahka. Recuperar la memoria etnohistórica para fortalecer la identidad étnica de este pueblo y contribuir a la formación de una autentica conciencia histórica y social. Revalorizar y fortalecer el lenguaje (la lengua) Tawahka a través de la educación y difusión bilingüe y bicultural; así como, promover el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades miembros en coordinación con los organismos nacionales e internacionales.

Señala el dirigente tawahka que “Después de sufrir una invasión masiva en 1989 por parte de grandes ganaderos y militares, la mayor parte de ellos procedentes de Olancho, iniciamos la lucha para asegurar nuestros derechos sobre los territorios tawahkas. Logramos que el Estado de Honduras protegiera legalmente esta área, como la Reserva de Biosfera Tawahka Asagni con el Decreto Legislativo 157-99 publicado en La Gaceta en Diciembre 21 de 1999.

Es el último hogar de las comunidades étnicas Tawahkas , con una extensión legalmente protegida de 252,079.18 de hectáreas, ubicadas entre los municipios de Dulce Nombre de Culmì y Catacamas, Departamento de Olancho y Brus Laguna y Wampusirpi, Departamento de Gracias a Dios “ .

En 1997, según indica Tinglas Maldin, el Instituto Nacional Agrario (INA) les otorgó 4 títulos comunales, pero actualmente se han reducido estas tierras en un 50 por ciento, debido a la invasión de los ganaderos, terratenientes y coroneles que encabezan el frente de colonización en esta frontera agrícola.” Estamos en la lucha ante estos grandes terratenientes que están en el Congreso Nacional y en las Fuerzas Armadas. Hay un grupo de estos invasores que propugna por dejar fuera del área legalmente protegida toda la parte correspondiente al Departamento de Olancho.

Estas gentes no viven en la zona, ni tan siquiera conocen el río. Por manos de otros están haciendo esta invasión. Por ello le demandamos al presidente Zelaya Rosales, que nos cumpla con su promesa de proteger al pueblo y territorio tawahka, que somos el grupo indígena minoritario, más amenazado y desprotegido del país. Con este frente colonizador están matando nuestra rica cultura, destruyen los ecosistemas y desalojan nuestras comunidades. También ya están asesinados nuestros líderes y a otras personas que apoyan nuestras luchas. Si el gobierno no cumple con esta responsabilidad, vamos a demandarlo internacionalmente”, dice el presidente de la FITH.

Mario José Sánchez, poblador de la comunidad tawahka de Yapuwas, indica que el 15 de septiembre del 2007 asesinaron a Mario Guifarro un ambientalista que trabajaba con el Instituto para la Cooperación y Autodesarrollo (ICADE), en la delimitación y demarcación de los límites de la reserva Tawahka, para mejorar su protección y manejo, porque en los últimos años ellos han estado sufriendo la invasión de ladinos y ganaderos en sus tierras. Tanto esta ONG como otras instituciones que habían estado trabajando en la zona en proyectos de protección ambiental y desarrollo social para las comunidades, se han retirado a raíz de los problemas de inseguridad y amenazas.”

Pedimos al gobierno que nos proteja y brinde seguridad en la zona, lo mismo que garantice nuestro derecho a las propiedades y tierras ancestrales que siempre hemos tenido y que ahora está en peligro” dice Sánchez.

Dorila Martínez, lideresa del grupo de mujeres de la comunidad Krausirpi, en el Municipio de Wampusirpi indica que los principales problemas que tienen es la invasión de los ganaderos y la falta de trabajo.”Antes que no nos habían invadido, pescábamos, cazábamos, salíamos a trabajar para cultivar nuestros alimentos y ahora más bien estamos amenazados. Y las autoridades no hacen nada para ayudarnos” asegura Dorila.

Además indica que las mujeres y los jóvenes ya planificaron proyectos alternativos como un centro para atender los visitantes, un comedor indígena, guías eco turístico y un centro-taller para elaborar artesanías con madera de la zona. Para ello ya están coordinando apoyo con el proyecto Corazón de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA)
Edgardo Benítez, otro dirigente tawahka y del grupo Alianza Verde, explica que el 20 de octubre de 1994, se constituyó la Asociación Asang Launa (AASLA),reconocida legalmente mediante Decreto 210–97 de 1997.. El Articulo 1 de su Estatuto define su principio en: “Créase con la finalidad de contribuir al manejo y conservación a perpetuidad de la Reserva de Biosfera Tawahka Asangni, como una organización civil, privada, apolítica, sin fines de lucro, de interés público, de duración indefinida, con personalidad jurídica”… Sin embargo actualmente no está funcionando.


Benítez, resume los principales problema de este pueblo indígena como. Amenazas a los dirigentes por habitantes del frente de colonización; Acelerada pérdida y reducción del territorio y recursos naturales de la Biosfera Tawahka Asangni.; Déficit de información de las grandes amenazas y del trabajo de los dirigentes en las comunidades; Violación de los derechos colectivos del pueblo Tawahka ; Amenazas por megaproyectos; represas, petróleo, agro combustibles, bases militares, carreteras, entre otros; Inseguridad y falta de soberanía alimentaria, incluyendo la introducción de cultivos transgénicos; profundización de la pobreza y el hambre en las comunidades.; exclusión de jóvenes y los ancianos en los procesos políticos, débil participación de la mujer en procesos políticos, alta vulnerabilidad ambiental; y la propagación de enfermedades desconocidos en la zona

 

APOYO PRIORITARIO

 
 

Juan Pablo Suazo Euceda, director para Honduras del proyecto Reserva de Biosfera Transfronteriza “Corazón del Corredor Biológico Mesoamericano” que ejecuta en esta área del país la SERNA, explica que con instrucciones directas del ministro Tomás Vaquero Morris el apoyo al pueblo Tawahka es prioritario dentro de las acciones de este programa, lo mismo que procurar el mejor manejo y protección de la Reserva Tawahka Asagni.

Para ello ya se inició el apoyo financiero y técnico a proyectos comunitarios de corto plazo y se coordinan esfuerzos con las organizaciones indígenas representativas para mejorar los planes de manejo, la demarcación del área legalmente protegida, el saneamiento, legalización y titulación de sus tierras comunitarias, todo ello en acciones conjuntas con otros entes gubernamentales.

Este proyecto apoyará los esfuerzos de los tawahkas durante los próximos 5 años, con una amplia participación y socialización con este y otros grupos indígenas de la zona de influencia
del proyecto Corazón, explicó Suazo Sauceda.

 

 

 

CONCLUSIONES

En la realización de este informe tuve la oportunidad de leer la historia, biografía y su problema social de dos de las tribus que están prácticamente en el olvido en nuestra geografía nacional, dos tribus que forman parte de la historia de nuestro país Honduras, esas tribus son LOS PECH Y LOS TAWAHKAS O SUMOS.

Pude investigar sus formas de vida, sus culturas, su lenguaje autóctono, viendo asi la importancia que tienen estas tribus en el país, tristemente como anteriormente dije están en total abandono por parte de las autoridades a través de los años.

Estas tribus sobreviven gracias a que cultivan en las tierras donde habitan, pero en algunas partes donde habitan solo sobreviven con un tiempo de comida, pocas veces las autoridades gubernamentales han ayudado a estos habitantes.

Puedo concluir que me afecto positivamente pues, ignoraba de las carencias con las que viven a diario estas tribus, ahora puedo decir que si en mis manos estuviera la posibilidad de ayudar a estas personas lo haría sin compromiso alguno.


 


 



 
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario